Uno de ellos buscará, entre otras cosas, evaluar la contaminación lumínica nocturna en el norte de Chile. Otro incluso lleva una planta. "Fue un experimento mucho más loco todavía, que está relacionado con vida en el espacio. Cómo vamos a ser capaces de adaptarnos en un futuro, por ejemplo, para ir a Marte", explica Carlos González, doctor en Ingeniería Eléctrica.
El nerviosismo era evidente, porque en minutos vieron el resultado de años de esfuerzo. Tres nuevos satélites del programa espacial de la Universidad de Chile eran lanzados al espacio en un cohete Falcon 9 de SpaceX, desde Cabo Cañaveral en Estados Unidos. Un logro que permite "hacer notar también a las nuevas generaciones de que esto es posible", destaca Marcos Díaz, académico FCFM de la U. de Chile. En 2017 se lanzó el primer nanosatélite construido en Chile, pero esta vez, la ambición y el conocimiento fue mayor y se pudieron lanzar tres. Uno de ellos buscará, entre otras cosas, evaluar la contaminación lumínica nocturna en el norte de Chile. Otro incluso lleva una planta. "Fue un experimento mucho más loco todavía, que está relacionado con vida en el espacio. Cómo vamos a ser capaces de adaptarnos en un futuro, por ejemplo, para ir a Marte", explica Carlos González, doctor en Ingeniería Eléctrica. Mejorar la capacidad de comunicación en la Tierra y mejorar las condiciones del ambiente espacial, es parte de los objetivos que estos satélites tienen y generan orgullo para el país.