Su nombre significa "esperanza" en árabe. Muchos creen que ver la cruda verdad de la situación podría ayudar a acabar con la violencia en esa localidad.
El New York Times publicó la semana pasada, el retrato de una niña hambrienta, acostada en silencio en una cama de un hospital en el norte de Yemen.
La fotografía de esta niña de 7 años llamada Amal Hussain, resumió las terribles circunstancias de su país devastado por la guerra.
Muchos reaccionaron a la imagen ofreciendo dinero para su familia, algunos escribieron para saber por la salud de la menor y si es que estaba mejorando.
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Lamentablemente este jueves, la familia de Amal Hussain informó que la niña murió en un campamento de refugiados irregular, a cuatro millas del hospital.
La madre, Mariam Ali, lloró durante una entrevista telefónica: "Mi corazón está roto". "Amal siempre estaba sonriendo. Ahora estoy preocupado por mis otros hijos ", confesó.
Según detalló New York Times, el grave costo humano de la guerra liderada por los saudíes en Yemen está en la mira del mundo entero, mientras las protestas por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi incita a los líderes occidentales a reexaminar su apoyo a la guerra.
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Estados Unidos y Gran Bretaña son los mayores proveedores de armas a Arabia Saudita. Ellos mismos fueron quienes reaccionaron pidiendo alto al fuego.
El dolor que provoca ver imágenes de más de 1,8 millones niños gravemente desnutridos como Amal, ha hecho que líderes del mundo exijan alto al fuego.
La ONU advirtió que el número de yemeníes que están dependiendo de raciones de emergencia son 8 millones, y pronto podrían aumentar a 14 millones. Eso es la mitad de la población completa de Yemen.
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Líderes del mundo solicitan medidas de emergencia para reactivar la economía en Yemen. En este lugar el alza de los precios de los alimentos ha llevado a millones a un nivel de desnutrición mortal.
Los ataques aéreos sauditas obligan a las familias a emigrar a lugares más seguros. La zona más afectada por los ataques ha sido Saada, una provincia en la frontera con Arabia Saudita donde han sufrido al menos 18 mil ataques aéreos desde 2015.
Saada también es la patria de los rebeldes hutíes que controlan el norte de Yemen, y se les ve por el príncipe heredero de la Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, como representante de su rival Irán, consignó New York Times.
El nombre de la menor fallecida por desnutrición, Amal, significa "esperanza" en árabe.
Algunos que conocieron la realidad de la menor creen que la imagen gráfica de su sufrimiento puede centrar la atención del mundo en los yemeníes.
Ese lugar necesita paz y ayuda para parar con las muertes de miles de civiles a causa de la violencia, la pobreza, el hambre y el desplazamiento.
Además de todo lo anterior es necesario recordar que Yemen el año pasado sufrió la mayor epidemia de cólera de los tiempos modernos, con más de un millón de casos.
Amal fue dada de alta del hospital en Aslam la semana pasada, todavía enferma. Pero los médicos necesitaban hacer espacio para nuevos pacientes, dijo el Dr. Mahdi.
La familia llevó a Amal a su casa, a una choza hecha de paja y láminas de plástico, en un campamento donde las agencias de socorro brindan ayuda, incluido el azúcar y el arroz. Pero no fue suficiente para salvar a Amal.
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Su condición se deterioró, con frecuentes ataques de vómitos y diarrea, dijo su madre. El 26 de octubre, tres días después de ser dada de alta del hospital, murió.
El medio internacional antes citado, señaló que el doctor de la niña le sugirió a la madre que la llevara al hospital de Médicos Sin Fronteras en ABS, a unos 24 kilómetros de distancia, pero la familia de Amal está en quiebra.
Los precios de los combustibles aumentaron un 50% en un año y parte del colapso económico ha llevado que los viajes cortos para salvar vidas, estén fuera del alcance de muchas familias.
"No tenía dinero para llevarla al hospital", dijo la Sra. Ali. "Así que la llevé a casa".