El sujeto administraba una perrera con más de 130 canes, decenas de ellos estaban enfermos. Cuando morían, los tiraba a un tarro de desechos y los que seguían vivos eran vendidos, pero sin darles tratamiento o avisarle a su nueva familia.
Se trata de Jian Karlos Ortiz (34), quien enfrenta 11 cargos de crueldad animal agravada y uno de negligencia por no suministrar agua a los animales, según precisó la Oficina del Alguacil del condado de Hernando, en el centro de Florida, EE.UU.
Los agentes comenzaron a indagar después de varios informes sobre perros muertos del virus del parvo que habían sido comprados en la perrera Golden Kennel, operada por Ortiz.
Ortiz inicialmente se negó a que los investigadores entraran al lugar, según la denuncia.
Lee también: Hombre atropelló y mató a un motociclista: Descubrió que era su hijo al acercarseLos investigadores hallaron "11 cachorros muertos, desechados indebidamente en botes de basura en la propiedad" detalló el reporte.
La policía señaló que el acusado al parecer vendió cachorros "bien enfermos" que murieron días después en casas de sus nuevos dueños.
La Oficina del Alguacil rescató además a ocho cachorros enfermos, de un total de unos 150 perros que había en la perrera, que están siendo examinados por el veterinario.
Cada uno de los cachorros tenía síntomas de parvovirus canino, dijeron los investigadores.
Lee también: Adulta mayor que paseaba a su perro murió atropellada en ProvidenciaEl parvo, como es generalmente conocido, es un virus que usualmente ataca el tracto del intestino canino (parvovirus enteritis) y, en casos raros, el corazón (myocarditis). Este virus, que se transmite por vía oral y es muy contagioso, puede afectar a todos los perros, pero aquellos que no están vacunados y los cachorros menores de cuatro meses son los que corren mayor riesgo.
Todos los demás perros, unos 138, se dejaron en la propiedad bajo el cuidado del personal de la perrera, a la que revocarán la licencia, señala el comunicado.
"No se pueden vender o sacar perros y/o cachorros de este lugar a menos que se retiren bajo el cuidado directo de un veterinario autorizado", dijeron las autoridades de cuidado animal que acompañaron la pesquisa