Uno de los temas más famosos de Ricky Martin fue incorporado en la privilegiada lista, junto a diversos registros sonoros como los discursos de Franklin Delano Roosevelt y "Bohemian Rhapsody" de Queen.
(EFE) - De los discursos completos del presidente Franklin D. Roosevelt a Livin' la Vida Loca de Ricky Martin. La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos eligió un año más los tesoros sonoros que guardará para la posteridad y que incluyen canciones, entrevistas y hasta una retransmisión del 11-S de 2001.
La institución dio este miércoles a conocer las 25 piezas que incluirá en el Registro Nacional de Grabación, un archivo que según la bibliotecaria del Congreso, Carla Hayden, pretende reflejar la "diversidad de la música y las voces que han dado forma a la historia y la cultura" de Estados unidos a través de sus sonidos.
Para recibir este honor los ciudadanos pueden proponer sus audios preferidos, siempre que sean piezas "culturales, históricas o estéticamente significativas" que tengan más de una década. Este año hubo un millar de nominaciones públicas que han llevado a esta selección final por parte de la Biblioteca.
La lista de 2022 incluye canciones inolvidables como uno de los temas que más suenan en Navidad en este país, The Christmas Song de Nat King Cole.
Bohemian Rhapsody, la pieza maestra de la banda británica Queen, fue destacada por la Biblioteca del Congreso dado qye "rompe cualquier regla en el manual de las canciones de rock". También se suma uno de los temas más pegadizos del género: Don't Stop Believin de Journey (1981).
No podían faltar legados latinos entre la selección y por eso el puertorriqueño Ricky Martin entra en el archivo histórico con su célebre canción "Livin´La Vida Loca", de 1999.
Además, la lista contiene un álbum completo en español, las Canciones de mi padre que grabó Linda Ronstadt en 1987 en homenaje a sus raíces familiares mexicanas y que es el disco de lengua no inglesa más vendido en la historia de EE.UU.
Y otra joya latina, esta vez procedente de Cuba, entra en este archivo histórico: Buena Vista Social Club, el mítico álbum que durante seis días grabaron en La Habana veinte músicos cubanos y que recoge el -también mítico- documental con el mismo nombre de Wim Wenders, que ya fue elegido en su momento para el Registro Nacional de Películas de la Biblioteca.
El sonido "galopante" de Reach Out I´ll be there, de The Four Tops (1966), uno de los grupos de la Motown, o la conocida Moon River de Andy Williams, que inmortalizó Audrey Hepburn en Breakfast at Tiffany's, están también en esta privilegiada lista.
El más antiguo de los tesoros es Harlem Strut, una pieza al piano de James P. Johnson grabada en 1921. Le sigue cronológicamente otro joya de la historia del país, el conjunto de discursos de uno de sus presidentes más queridos, Franklin Delano Roosevelt (1933-1945).
Aunque sus alocuciones más famosas están ligadas a momentos clave como la entrada de EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial tras el ataque a Pearl Harbor, algunos de los discursos más influyentes tuvieron lugar en ocasiones más mundanas, como el caso del conocido como I hate war (odio la guerra) que pronunció durante una gira por el país varios años antes de la citada contienda.
Son varios los álbumes completos que serán guardados en el registro, además del de Ronstadt. También lo consigue Songs in A Minor, de Alicia Keys (2001) y Tonight's the Night, de The Shirelles. También están The Low End Theory, de A Tribe Called Quest, una de las fusiones más famosas de jazz y rap, o Enter the Wu-Tang, del grupo de rap Wu Tang Clan.
Y no faltan archivos informativos que ya son historia, como la transmisión que la emisora de Nueva York WNYC hizo en directo de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
El listado se cierra con una pieza de 2010: la entrevista a Robin Williams en el podcast WTF with Marc Maron, una conversación íntima que la Biblioteca del Congreso ha querido guardar en un claro homenaje a uno de los actores más queridos del público estadounidense, que falleció en 2014.
Estas y otras piezas conforman la nueva lista de veinticinco archivos sonoros que se suman a los sonidos que ya alberga el Registro Nacional de Grabaciones, que cuenta con 600 entradas. Una porción en cualquier caso ínfima si se compara con los cuatro millones de archivos sonoros -y nueve millones de piezas en total- que guarda la Biblioteca del Congreso de EE.UU., la más grande del mundo.