Ampliarse a las voces ciudadanas, romper con el elitismo y marcar una pauta que no ceda o replique la agenda noticiosa de medios con claros intereses corporativistas, sin duda mejorarán la calidad del programa.
Viernes 19 de mayo de 2017 | 13:29
Desde su aparición en 1999, Tolerancia Cero se perfiló como una mesa de debate que permitía abordar en profundidad el quehacer socio-político, así como los efectos de las buenas y malas prácticas de los tres poderes del Estado, siendo un espacio privilegiado para ampliar interpretaciones y perspectivas.
Los cambios sociales, las nuevas conceptualizaciones sobre derechos humanos, la cultura y la irrupción de Internet en la escena de información y sociabilización, tuvieron impacto en el programa, que pasó de una casi exclusiva consideración de voces del establishment político, a una apertura que, al menos aspiraba, a una mayor representatividad del país.
En esta nueva etapa que iniciará el programa, ya se vislumbran cambios. La inclusión de mujeres en el panel permanente, la apertura a nuevas voces del periodismo y la política que se han ganado un espacio a punta de esfuerzo y méritos, sin duda ampliará y enriquecerá aún más el debate.
Puede haber muchos desafíos para que el programa alcance una efectiva transversalidad. Ampliarse a las voces ciudadanas que contribuyen al desarrollo del país por caminos y fines distintos a los partidos; romper con el elitismo, en tanto impide considerar temas y personajes que son efectivamente protagonistas de un hecho o proceso, y marcar una pauta que no ceda o replique la agenda noticiosa de medios con claros intereses corporativistas, sin duda mejorarán la calidad del programa.
Tolerancia Cero es parte de nuestra historia. Es un programa que jamás debió partir. Felizmente, vuelve. Todo el éxito para Mónica Rincón, Catalina Parot, Fernando Paulsen, Fernando Villegas y Daniel Matamala. Todo el éxito para Chilevisión.