Todos mis competidores, con excepción de Alberto Mayol, han rechazado diversas invitaciones de universidades y medios de comunicación a debatir. Los invito a dejar a un lado el miedo a los debates.
Jueves 25 de mayo de 2017 | 12:09
El próximo domingo 2 de julio se realizarán primarias abiertas a todos los ciudadanos de Chile. Puede que pocos estén enterados de ello, o bien que consideren que es un proceso irrelevante. Dentro del mismo mundo político, no fue fácil generar consensos sobre la importancia de realizarlas, y aún hoy hay quienes creen que es un mero trámite. Y en el caso de la Nueva Mayoría, su fracasado proyecto de primarias es el reflejo de su propia descomposición interna. Esta aproximación general del mundo político hacia las primarias es probablemente uno de los desafíos más grandes que tenemos todos quienes nos dedicamos a la política, si queremos entregarle a Chile proyectos válidos para su desarrollo futuro.
Digo lo anterior no para exagerar el rol de las primarias, sino porque estoy convencido que ellas transmiten la verdadera disposición que tienen algunos grupos políticos a poner sus ideas por delante. Hoy es fácil aprovechar los problemas de la ciudadanía, los desafíos propios de un Chile en transición a un modelo social y económico totalmente distinto al de nuestros padres, o a las tendencias postmodernas que todo el globo experimenta. Es fácil usarlos para movilizar en base a pancartas, eslóganes, frases hechas y promesas irrealizables. Es fácil esconder el populismo detrás de la simple crítica al otro.
Mucho más difícil es pararse a plantear y defender sus ideas. A proponer, construir y convencer al otro sobre la base de mi visión, de mis ideas. Y justamente de eso se tratan las primarias. Yo creo que es posible construir un Chile distinto, justo, basado en el mérito y en la confianza. Creo que el Estado puede dar mucho más si lo liberamos de la captura política. Creo que ponemos lo mejor de esta generación en nuestros niños, Chile será otro cuando ellos sean los encargados de liderar nuestro país. Creo en la libertad, en el valor de la diversidad, en el crecimiento sin dejar a nadie de lado.
Estas son mis ideas, y quiero poder compartirlas y hacer política desde ellas. Para eso son las primarias. Por ello llamo a todos quienes tienen la ambición de conducir este país a que debatamos sobre el país que queremos construir, y sobre las reformas estructurales que nos permitirán avanzar en un desarrollo integral. Una primaria sin debates no tiene sentido. Todos mis competidores, con excepción de Alberto Mayol, han rechazado diversas invitaciones de universidades y medios de comunicación a debatir. Los invito a dejar a un lado el miedo a los debates. Tenemos la responsabilidad de renovar la política y de liderar Chile hacia mayores grados de justicia y desarrollo en un momento complejo, en un nuevo ciclo político. La única manera de mantener el rumbo hacia el norte es poniendo las ideas y las convicciones por delante.