Aunque no todos los lugares están abiertos al público, o bien, están destinados al estudio o al descanso, el llamado es a visitarlos siempre con respeto.
Se acerca una nueva celebración de Halloween (esta vez, con un fin de semana XL) y, mientras unos planifican sus creativos disfraces o elaboran el listado de películas de terror que verán en los días de descanso, otros, en cambio, están en la búsqueda de lugares para vivir una auténtica experiencia paranormal.
Aunque, por supuesto, hay escépticos en la materia, el turismo de terror es una tendencia que se ha acentuado con el tiempo, incluso, provocando que algunos cementerios del país ofrezcan recorridos nocturnos por sus instalaciones.
Sin embargo, existen lugares e hitos arquitectónicos a lo largo de Chile que guardan tenebrosos secretos y que pueden resultar desconocidos para la mayoría de las personas.
Se trata de edificios, palacios, hospitales o bibliotecas que observamos de manera cotidiana y que, presuntamente, albergarían actividad paranormal. Y, aunque en algunos casos no está permitido su ingreso, en CHV Noticias te contamos sus historias junto con información para visitarlos, si es que es el caso.
Comenzamos con uno de los lugares más emblemáticos del casco histórico del centro de Santiago. Se trata de un patrimonio cultural que, a simple vista, es un lugar de estudio e investigación. Sin embargo, la historia dice que este lugar fue un refugio de las llamadas monjas clarisas, por lo que albergaría una cantidad indeterminada de secretos e historias.
Según cuenta el boca a boca, de noche se han percibido sombras y figuras humanas deambulando por los pasillos de las dependencias y que se pierden hasta desaparecer por los pasillos.
El antiguo hospital San José fue construido durante el siglo XX para atender a pacientes que padecían tuberculosis, cólera y viruela. Ubicado justo a un costado del Cementerio General en la comuna de Independencia, el edificio fue declarado Monumento Histórico en 1999.
Las historias sobre este recinto abundan por montones: trabajadores aseguran haber visto los espíritus de dos hermanas de la Caridad saliendo desde la capilla hacia el patio a fumar. También, cuentan que fallecidos empleados del ex centro de salud merodean por los pasillos y atraviesan el muro que separa el lugar con el cementerio.
Los más conocedores del lugar sostienen que la actividad se concentra en la ex maternidad, lugar donde muchos niños murieron a causa de las enfermedades y males de la época.
Ubicado en el corazón de Providencia, este palacio fue uno de los centros más importantes del espiritismo chileno durante el siglo pasado. Su antigua dueña, Inés Echeverría, se dice que contactaba a los espíritus del más allá en uno de los salones de la casona con sus amigas Ximena y Carmen Morla Lynch.
Según cuentan las historias, en el edificio se suele ver la presencia del fantasma de una niña que aparece en la ventana principal del segundo piso. Además, se han reportado cajas que se caen solas, puertas que se cierran y la aparición espontánea de fuego sin ningún origen dentro de la casa.
Fundada en 1872, este recinto fue uno de los mayores extractores de salitre de toda la zona de Tarapacá. Cuando pasó la época dorada de Humberstone, la oficina cerró por su declive a causa de la aparición del mineral sintético.
Convertido en un pueblo fantasma en medio del desierto de Atacama y, posteriormente, remodelada en 2001 gracias al rodaje de una telenovela, este lugar es, a día de hoy, conocido internacionalmente por la presencia de entidades fantasmales y fenómenos paranormales que ocurrirían en el lugar.
Dentro de los sucesos más llamativos se encuentran las denominadas "apariciones en crisis", que son manifestaciones de tiempos pasados que recrean sucesos pasados.
Cerramos la nota con un clásico infaltable. Las descripciones sobran para describir al Cementerio General de Recoleta, uno de los sitios que concentra la mayor cantidad de actividad paranormal de todo el Gran Santiago.
El lugar tiene todos los ingredientes para ser uno de los más visitados para este Halloween: Su enorme extensión, sus laberintos, sus a ratos inhóspitos rincones y, por supuesto, los siglos de historia que alberga.
No está de más recordar que es un lugar de descanso y una zona de patrimonio arquitectónico, por lo que el llamado es a visitarlo con respeto y a considerar el dolor y la pena de quienes lo recorren.