No hace falta describir la entrañable relación entre Bigote y Constanza. Desde el primer minuto que llegó a la casa de Gran Hermano, el animal se acercó a la jugadora y a partir de ese momento se volvieron inseparables. Prueba de ello fue un tierno momento que ocurrió esta jornada: Una vez que la bailarina abandonó su habitación para participar de la prueba del líder, el animal quedó encerrado con algunos compañeros y lloró sin parar. Y no fue solo eso, pues apenas Capelli dejó la pieza se dirigió hasta su cama.