En vista de la preocupante escasez de comida en la casa, Gran Hermano propuso un "sabroso" desafío que llevó al límite a algunos de los jugadores y jugadoras. Chunchules, lengua y cerebro. Esos fueron los tres platos que debieron consumir como bocados para obtener, a cambio, un valioso premio: una canasta de productos básicos y frutas y verduras. Los primeros en aceptarlo fueron Skarleth y Jorge, quienes degustaron los platos que, además, son excelente fuente de proteínas. ¿Cómo reaccionaron? Descúbrelo en el video.