Algunos principiantes y otros ya expertos en la materia llegaron hasta Pichilemu para ser parte de un proyecto que busca un país más accesible y con mejores oportunidades, esta vez acercando el surf a personas en situación de discapacidad. José Ignacio Vargas, instructor de la Escuelita de surf Lobillos, cuenta que se adaptó las tablas para que quienes tengan movilidad reducida puedan disfrutar de este deporte sin mayores inconvenientes. Por otra parte, la iniciativa incluye una pasarela retráctil que facilita la llegada al mar para quienes se trasladan en silla de ruedas. "Es algo súper emocionante, poder disfrutar de las olas. Estaban increíbles", señala Isabel Aguirre, una de las personas que llegaron a practicar al balneario. La iniciativa espera ser replicada a otras zonas costeras del país.