Una supuesta empresa ofrecía créditos hipotecarios cobrando una millonaria comisión, pero los préstamos nunca se concretaban. Estos supuestos gestores de créditos desaparecieron con el dinero, dejando a sus víctimas de brazos cruzados. Se trata de personas que no calificaban para un préstamo bancario, ya que su sueldo no era suficiente. Frente a eso, la pareja en cuestión mejoraba su situación financiera para que el banco accediera a aprobar un crédito, sin embargo, éste nunca llegaba. Desde la PDI advierten que las personas que no clasifican para créditos y que lo solicitan por un canal informal, están siempre corriendo el riesgo de ser víctimas de este delito.