Una golpiza sufrió un chileno al salir junto a unos amigos de un bar en Miami, en el sector de South Beach. "A mí me pegaron muy fuerte en la cara en la cabeza y quedé inconsciente. Me imaginé lo peor, pensé que me iban a matar a puros golpes", dijo Carlos Herrera, la víctima del ataque, quien quedó con fracturas en los pómulos y nariz, además de una fisura en el cráneo. Hoy, además de los daños emocionales, debe pagar por el tratamiento que se le entregó al estar hospitalizado. Herrera asegura que fue atacado por ser gay.