A 20 años de su detención: Psicópata de Alto Hospicio ya podría optar a beneficios carcelarios

Julio Pérez Silva es el responsable de una historia macabra e inolvidable que continúa remeciendo al país, y es que el tratamiento que se le dio a la desaparición de las jóvenes en dicha época, sigue siendo un tema a cuestionar. "El dolor es muy grande y no se quita, porque haga lo que haga uno, no hay caso, queda la amargura y el porqué tenía que pasar esto. Todavía espero que haya una justicia verdadera, y creo que todas las mamás estamos esperando eso, porque el Estado quedó al debe con nosotras", dice Magaly Lefno Estrada, madre de Ivonne Carrillo Lefno. Entre abril de 1999 y agosto de 2001, 14 jóvenes, 11 menores de edad, desaparecieron en el norte del país. Tiempo en que sus familiares solo acumularon incertidumbres, pues dicen que nunca las buscaron. Pérez Silva trabajaba como taxista informal, a bordo de su auto le ofreció a cada una de sus víctimas llevarlas gratis hasta su destino, pero en el desierto iquiqueño abusó de ellas y les quitó la vida. El 4 de octubre de 2001 fue detenido, esa misma noche confesó y reveló la ubicación de los cuerpos que enterró en diferentes piques mineros abandonados en las cercanías de Alto Hospicio. En 2004 fue condenado a cadena perpetua por los crímenes de 11 adolescentes y 3 mayores de edad. Hoy sigue tras las rejas en la cárcel de alta seguridad Colina 1, pero según la justicia chilena, actualmente podría comenzar a postular a beneficios carcelarios, ya que cumplió 20 años de condena perpetua simple.

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