Una madre luchó 14 años por su hija que prácticamente estuvo la mitad de su vida internada. Dice que la pequeña Érika, que nació con síndrome de Down y una cardiopatía, sufrió negligencias que logró superar. Ni siquiera se contagió de COVID-19, pero después de ser operada su mamá denuncia que no soportó un traslado hospitalario para liberar una cama. "Le rogué a la doctora que no se la llevaran, que no la mandaran, que la dejaran ahí, porque mi hija se iba a morir si la sacaban del hospital. Se lo dije, le rogué, ella me llevó a una sala para conversar y le dije que mi hija no estaba bien, que por qué no la dejaban ahí. Dijo que no porque necesitaban la cama", señaló Érika García.