Han sido sorprendidos una y otra vez durante años, pero las bajas penas a las que se exponen por lanzar pelotas con droga, teléfonos celulares y hasta comida al interior de las cárceles los hacen volver a los penales en lo que se ha transformado en un verdadero servicio de delivery para los reclusos. Uno de los llamados peloteros, que se jacta de ser de los más antiguos en el rubro, afirmó que por cada lanzamiento a él le pagaban entre $5 mil y $10 mil, pero que parte de ese monto lo destinaba a pagarle a funcionarios de Gendarmería. Al respecto, el coronel Álvaro Rivera, alcaide del CDP Santiago Sur, dijo que "si fuese así, yo creo que deberiera ser materia de investigación. Y si eso está ocurriendo, abiertamente repudiamos cualquier conducta funcionaria que vaya contra los principios de probidad que nos rigen. Y contra el personal caerán las penas más severas que la legislación contemple, desde el punto de vista civil y administrativo".