Importantes edificios del casco histórico de Santiago están invadidos por rayados o grafitis que siguen apareciendo y que, no solamente contaminan la estética, sino que, de acuerdo a expertos, deterioran el patrimonio arquitectónico de la ciudad. Si bien para algunos es una forma de expresión, para otros es derechamente un delito, todo esto mientras el municipio usa diversas metodologías para limpiar estos murales.