En la villa Marta Brunet, en la comuna de Puente Alto, hay un incipiente invernadero. El patio estaba en desuso, por lo que la comunidad aprovechó de utilizarlo para cosechar las verduras que ocupan en una olla común.
La pandemia ha afectado el bolsillo de muchas familias, que han visto la creación de huertas comunitarias para abastecerse con la agricultura urbana.
En la villa Marta Brunet, de Bajos de Mena, en la comuna de Puente Alto, hay un incipiente invernadero. El patio estaba en desuso, por lo que la comunidad aprovechó de utilizarlo para cosechar las verduras que ocupan en una olla común.
Acelgas, lechugas, albahaca, ají verde y más. Los mismos vecinos aprendieron de a poco a plantar con la ayuda de Adolfo Figueroa, profesor de huertas comunitarias.
Lee también: Casa convertida en basural preocupa a los vecinos: El hombre tiene síndrome de Diógenes y ha provocado incendiosÉl cuenta que lo importante es el aprendizaje de la comunidad y relata el procedimiento que utilizan los pobladores a diario.
Asimismo, detalla el sistema de regadío y fertilización utilizado en el invernadero. Según comenta, se pone una pajita que mantiene la humedad y permite el uso consiente del agua.
En tanto, las flores que cultivan atraen a los llamados insectos benéficos, que se comen a las plagas. "No se utilizan insecticidas, para que los cultivos sean lo más sanos posibles", indica.
Lee también: Pacientes denuncian a dueño de clínica estética: "Este tipo frustró mi sueño""Económicamente, a mí me salvó de la pandemia, me salvó del hambre este huerto y el comedor", dice Cristina Belamar, vecina que participa de la huerta urbana.
"La fundación lleva de 2016 y la experiencia en la villa Marta Brunet ha sido difícil. Nos tocó en plena pandemia y en pleno invierno, pero a medida que uno empieza a comunicarse con la gente, ellos se encantan y empiezan a venir", dice Ana María Cortés, directora de la Fundación Huertas Comunitarias.