Tras meses de espera con la certidumbre de asistir a la gira de despedida de Daddy Yankee, cientos de fanáticos vieron cómo, lo que aparentemente sería una noche inolvidable, se caía a pedazos producto de los incidentes registrados tanto fuera como dentro del Estadio Nacional. Y es que debido a las miles de personas que intentaron colarse y que, incluso, lograron ingresar de forma irregular al recinto, cientos de personas no pudieron ingresar al estadio aún con entrada en mano. Otros, en tanto, vivieron una peor suerte: fueron asaltados dentro del mismo coliseo de Ñuñoa cuando se dirigían a los baños. Es por esto, que 300 personas se organizaron para demandar a la productora responsable del concierto, en un intento por buscar justicia y reparación tras una noche llena de infortunios.