Vecinos denuncian vivir una pesadilla tras la toma de la sede central del Instituto Nacional de Derechos Humanos. Los residentes acusan ruidos molestos, consumo de alcohol y drogas en la vía pública. El hecho más reciente fue la tocata realizada este martes 30 de noviembre a la que llegaron más de 100 personas. La manifestación que comenzó hace cinco meses exige la liberación de los denominados "presos de la revuelta" durante el estallido social. Residentes indican que el antejardín del inmueble ha sido escenario de actos culturales y políticos, bloqueando la calle en diversas ocasiones. Desde la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios aseguran que su intención no es molestar a los vecinos.