La Municipalidad de Estación Central implementó una controvertida medida para desalentar el comercio ambulante: la instalación de piedras incrustadas en el cemento de las veredas. La iniciativa, enmarcada dentro de lo que se conoce como arquitectura hostil, ha generado un intenso debate entre los vecinos. Mientras algunos valoran la acción como una forma de recuperar el espacio público, otros critican su impacto estético y dudan de su efectividad, señalando además posibles riesgos para peatones y personas con movilidad reducida.