La alcaldesa Karina Delfino compartió el registro donde se ve el momento en que el mandatario eligió el trabajo del poeta chileno y lo lee a los presentes en el recinto.
Durante el lunes, el presidente Gabriel Boric comunicó la presentación de una serie de medidas económicas, entre las que destacó un bono inverno de $120 mil, el que llegará a 7,5 millones de personas, en caso de que sea aprobado por el Congreso.
Esta actividad se realizó en Quinta Normal, específicamente en la Biblioteca Municipal de dicha comuna y, tras dar a conocer las novedades, se dio tiempo para leer uno de los trabajos de Nicanor Parra a los presentes.
El registro fue compartido por la alcaldesa Karina Delfino, quien destacó que "hoy fue el pdte. Gabriel Boric a nuestra Biblioteca Municipal de QuintaNormal. Anunció medidas económicas para enfrentar el invierno y, al finalizar, tomó un libro de Nicanor Parra y leyó un extracto de Se Canta al Mar".
"Gracias por hacernos imaginar como niños esta gran obra", concluyó.
Hoy fue el Pdte @gabrielboric a nuestra Biblioteca Municipal de #QuintaNormal. Anunció medidas económicas para enfrentar el invierno y al finalizar, tomó un libro de #NicanorParra y leyó un extracto de “Se canta al mar”.
Gracias por hacernos imaginar como niños esta gran obra 🥰 pic.twitter.com/hmKou0gurZ— Karina Delfino Mussa (@karydelfino) July 11, 2022
Se canta al mar
Nada podrá apartar de mi memoria
La luz de aquella misteriosa lámpara,
Ni el resultado que en mis ojos tuvo
Ni la impresión que me dejó en el alma.
Todo lo puede el tiempo, sin embargo
Creo que ni la muerte ha de borrarla.
Voy a explicarme aquí, si me permiten,
Con el eco mejor de mi garganta.
Por aquel tiempo yo no comprendía
Francamente ni cómo me llamaba,
No había escrito aún mi primer verso
Ni derramado mi primera lágrima;
Era mi corazón ni más ni menos
Que el olvidado kiosko de una plaza.
Mas sucedió que cierta vez mi padre
Fue desterrado al sur, a la lejana
Isla de Chiloé donde el invierno
Es como una ciudad abandonada.
Partí con él y sin pensar llegamos
A Puerto Montt una mañana clara.
Siempre había vivido mi familia
En el valle central o en la montaña,
De manera que nunca, ni por pienso,
Se conversó del mar en nuestra casa.
Sobre este punto yo sabía apenas
Lo que en la escuela pública enseñaban
Y una que otra cuestión de contrabando
De las cartas de amor de mis hermanas.
Descendimos del tren entre banderas
Y una solemne fiesta de campanas
Cuando mi padre me cogió de un brazo
Y volviendo los ojos a la blanca,
Libre y eterna espuma que a lo lejos
Hacia un país sin nombre navegaba,
Como quien reza una oración me dijo
Con voz que tengo en el oído intacta:
"Este es, muchacho, el mar". El mar sereno,
El mar que baña de cristal la patria.
No sé decir por qué, pero es el caso
Que una fuerza mayor me llenó el alma
Y sin medir, sin sospechar siquiera,
La magnitud real de mi campaña,
Eché a correr, sin orden ni concierto,
Como un desesperado hacia la playa
Y en un instante memorable estuve
Frente a ese gran señor de las batallas.
Entonces fue cuando extendí los brazos
Sobre el haz ondulante de las aguas,
Rígido el cuerpo, las pupilas fijas,
En la verdad sin fin de la distancia,
Sin que en mi ser moviérase un cabello,
¡Como la sombra azul de las estatuas!
Cuánto tiempo duró nuestro saludo
No podrían decirlo las palabras.
Sólo debo agregar que en aquel día
Nació en mi mente la inquietud y el ansia
De hacer en verso lo que en ola y ola
Dios a mi vista sin cesar creaba.
Desde ese entonces data la ferviente
Y abrasadora sed que me arrebata:
Es que, en verdad, desde que existe el mundo,
La voz del mar en mi persona estaba.