Cada vez son más habituales las visitas y tour en recintos denominados como "paranormales".
Una actividad que se estaba llevando a cabo en las dependencias del ex Teatro Carrera en
Santiago, y que contaba con centenares de clientes. Sin embargo,
se estaba realizando de forma clandestina, sin contar con ningún tipo de patente o permiso municipal, y tampoco con las medidas de seguridad necesarias. Además,
se lucraba con una estructura que fue catalogada como patrimonio cultural, ya que se cobraban $10 mil por entrada. Los organizadores de este eventos fueron sancionados con una multa y recibieron una citación judicial.