El ex Presidente del Senado enfatizó que los particulares no deben concentrar la fuerza, ya que es una atribución exclusiva del Estado.
Esta mañana en
CHV Noticias, el ministro secretario General de la Presidencia, Álvaro Elizalde, se refirió a la postura que tomará el Gobierno y la posibilidad de
generar un veto presidencial a la
Ley de Usurpaciones, proyecto que tiene como propósito
regular los delitos de ocupaciones ilegales de inmuebles.
La propuesta, que
generó tensión en el oficialismo, fue
aprobada y despachada a ley el pasado
miércoles 30 de agosto. Sin embargo, desde el Gobierno
confirmaron de inmediato su negativa sobre un punto en específico, que es el de
“legítima defensa privilegiada”.
"El proyecto tiene aspectos positivos pero hay un aspecto que es bastante complejo porque establece la posibilidad de que una persona pueda recurrir a la violencia para restablecer el empero al derecho", partió diciendo el ministro.
Además, hizo la diferencia de utilizar la fuerza en
dos distintos escenarios, los que podrían ser, la flagrancia permanente y la legítima defensa privilegiada. Así, el ex presidente del Senado enfatizó que
el Estado cumple un rol importante en esta materia legislativa y que, debe ser el único que ejerza la fuerza para desalojar un inmueble.
"El uso de la fuerza es un monopolio del Estado y se ejerce a través del estado de derecho, a través de las leyes y de las autorizaciones que establece el ordenamiento jurídico, por tanto los jueces y las policías", indicó.
Elizalde, también comentó que el Gobierno de
Gabriel Boric ha sido uno de los que más a proyectos ha propuesto en materia de seguridad, pero que la aprobación de esta ley en la Cámara
"tal como se promulgó, no debió ser aprobada". Es por esto que, el ministro
confirmó que vetarán la ley por incongruencias en la distribución de la fuerza, la que se concentraría en particulares.
"En Chile donde empera el derecho quien corresponde que restituya el inmueble es el juez y quien tiene que actuar es la policía, pero no los particulares porque
si nosotros comenzamos a legitimar que los particulares resuelvan sus conflictos a través de la violencia, bueno sabremos por dónde empieza pero no por dónde termina", enfatizó.