Personas de entre 25 y 35 años, sin grandes responsabilidades y con posibilidad de parcializar su descanso en distintas fechas del año. Ellos son, según la industria del turismo, quienes están comenzando sus días de relajo en marzo u otros meses de baja demanda. ¿Cuál es la motivación? Además de encontrar lugares más descongestionados, buscan ahorrar lo más posible.
Aunque para la mayoría de los chilenos marzo es el mes en que se retoman las responsabilidades, hay otros que prefieren iniciar sus vacaciones en esta época.
Pese a que la encuesta de Adimark titulada “Chilenos y las vacaciones” reveló que el 58% de las personas se toma un descanso en febrero, la industria del turismo ha detectado que en los últimos 5 años son más los compatriotas que esperan la temporada baja para salir de viaje y relajarse.
Esta decisión -tomada principalmente por personas solteras, de entre 25 y 35 años- no solo responde a que los lugares turísticos están más descongestionados, sino también por un tema económico.
Según los expertos, dependiendo del destino existe una diferencia de entre 20% y 50% en el precio de los viajes, en relación a los valores de la temporada alta.
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“Este fenómeno es posible gracias a la parcialización de las vacaciones. Para los chilenos, fundamentalmente aquellos que no tienen hijos, es cada vez más posible distribuir sus días de vacaciones en distintas fechas del año y de esa forma, ahorrar en distintos ítems”, explica Juan José Santa Cruz, gerente general de EstoySeguro.cl.
Durante la temporada baja -que comprende de marzo a diciembre-, las aerolíneas bajan los precios de los vuelos, los hoteles son más baratos e incluso las aseguradoras hacen ofertas en sus seguros de viajes, razones más que suficientes para abaratar costos.
“Con la irrupción del low cost, nos hemos dado cuenta que todos tenemos la posibilidad de vivir nuevas experiencias. Antes un pasaje costaba fácilmente seis o siete veces más de lo que cuesta hoy. Ahora la posibilidad de decidirse a última hora, comprar pasaje muy encima de la fecha y a un precio muy barato, marca un antes y un después”, explica Abril Aguirre, de 31 años, que suele optar por viajar en marzo.
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Quienes se toman vacaciones “fuera de época” por lo general lo hacen para viajar al extranjero. De hecho, de acuerdo a la División de Estudios de la Subsecretaría de Turismo, en la última década los chilenos que viajaron fuera del país se duplicaron, pasando de 1,5 millones a alrededor de 3,3 millones por año.
El destino favorito sigue siendo Sudamérica, con el 68% de las preferencias. Río de Janeiro, Buenos Aires y Lima son las más cotizadas. Más abajo está Norteamérica con 12%, México y El Caribe con 10%, Europa con 8%, y finalmente Asia y Oceanía con 1%.
“Los millennials son los que están saliendo más del país, sobre todo en temporada baja. Aunque es una generación que quiere dispuesta a darse un gusto, siempre privilegia el ahorro. Por eso mismo, son los que tienen más conciencia de la importancia de viajar protegidos. Como tienen la experiencia, saben que contratar un seguro, por ejemplo, es un importante beneficio económico en caso de alguna eventualidad”, explica Juan José Santa Cruz.
Otra característica de las vacaciones en temporada baja es que los viajes, en promedio, tienen una duración de cinco a siete días para el extranjero. En tanto, si es a alguna parte de Chile, se extiende tres o cuatro días.
El primer fin de semana largo de este año es el de los feriados del 19, 20 y 21 de abril, es decir, los tres días de Semana Santa.
Aunque muchos pueden pensar que en estas fechas las reservas hoteleras o pasajes aéreos podrían ser económicos, se equivocan. No porque esté dentro del periodo de marzo a diciembre los precios serán más bajos. La industria turística exceptúa de la temporada baja los feriados, las vacaciones de invierno y, por supuesto, las Fiestas Patrias.
Por ello, para quienes deseen realizar una “escapada” -la otra forma en que los millennials están viajando- el consejo es el opuesto: cotizar antes de comprar, reservar con bastante anticipación y estar dispuesto a desembolsar más dinero en todos los ítems.