La comediante tuvo un tibio debut en el escenario de la Quinta Vergara, prueba de ello fueron las pifias que comenzaron a sonar en la recta final de su rutina. Varios internautas dijeron que fue una rutina lenta y desordenada, situación que, acusan, se vio reflejada en un extenso chiste hacia el minuto 40.
Un
tibio debut tuvo
Belén Mora en la Quinta Vergara, luego de ser la
primera comediante en recibir pifias durante la edición 2023 del
Festival de Viña del Mar.
Aunque hubo varios momentos en los que
ocasionó carcajadas a los asistentes, su rutina enfocada
principalmente en la maternidad no convenció del todo al público, que escuchó atentamente las palabras de la ex Morandé con Compañía.
Así, tras largos minutos relatando sus
experiencias en torno al proceso de crianza y
etapa escolar de sus hijos, Mora se mantuvo firme y
trató de buscar los aplausos pese a las dificultades que cada vez se acrecentaban.
Tal ímpetu tuvo como
resultado la entrega de una Gaviota de Plata, misma que fue concedida aún cuando las pifias podían oírse con claridad a través de la pantalla. "Estoy feliz, contentísima,
enamorada de esta experiencia y lo he disfrutado a concho", expresó Belenaza en el momento.
El momento de las pifias
Sin embargo,
fue alrededor del minuto 45 de rutina (00:40 horas) cuando las primeras pifias comenzaron a sonar en la Quinta Vergara. Pese al ritmo y a las referencias populares, usuarios de redes sociales acusaron que
la rutina estaba siendo larga y desordenada.
La
incertidumbre se tomó el escenario viñamarino y colmó de nervios hasta a los más abstraídos. Inclusive, en varios momentos
se notó la división entre los asistentes: varias veces se oyeron
aplausos y pifias simultáneas en igual proporción.
Faltando poco para cumplirse 1 hora de espectáculo, Belén Mora comenzó a relatar una historia basada en una
comparación entre una reunión de apoderados y una selva, caracterizando a
cada uno de los asistentes como animales y
describiendo las actitudes de cada uno.
"Llegó Simba, csm", gritó en medio de una pirotecnia que no alcanzó a tapar del todo las pifias que recibía.
Pero el chiste no gustó:
Fue extenso y el remate parecía llegar nunca, hasta transformarse en una
historia inentendible por su duración y múltiples variantes, según dijeron varios internautas.
"Dependemos del público, no del día"
Con las pifias alcanzando cada vez mayores decibeles, la comediante recibió la gaviota y,
sin intención de finalizar la rutina, instó al público a darle una segunda oportunidad para llevarse la de oro.
La situación se mantuvo igual y la comediante
se despidió minutos después sin llevarse el segundo trofeo. “Los comediantes
dependemos del público, no del día que toque.
Agradezco la experiencia que he vivido, me voy con el mejor de los recuerdos.
Fueron maravillosos, espectaculares y voy a llegar a tomar las piscolas a la casa”, reflexionó tras la experiencia.