Vivian Polanía recebió un llamado de atención del Consejo Superior de la Judicatura y ahora enfrenta una investigación disciplinaria. Ella reivindica su derecho a publicar lo que quiera de su vida privada.
“Antes de jueza soy persona”, le dijo a CNN desde su apartamento en Cúcuta, ciudad fronteriza con Venezuela. En el mundo digital —donde posa en traje de baño, minifaldas cortas y escotes profundos, además de realizando rutinas de ejercicios y entrenamientos en el gimnasio— llegó a tener más de 150.000 seguidores en Instagram. Aunque ya en dos ocasiones le han hackeado sus cuentas, y ha perdido seguidores por esa razón, dice que no tiene problema en empezar de cero y seguir con sus controvertidas publicaciones para recuperarlos.
La jueza de control de garantías está ahora en el centro del debate sobre los límites a la libertad de expresión de los funcionarios del Estado. Eso, después de una fuerte reprimenda del Consejo Superior de la Judicatura y de una investigación disciplinaria por parte de sus superiores.
Ella sostiene, sin embargo, que una cosa es su trabajo diario impartiendo justicia, y otra su derecho a publicar lo que quiera de su vida privada.
Lee también: "Hay que sabotear": Abuelita chilena se luce jugando como impostora en "Among Us"“Yo hay algo con lo que no estoy de acuerdo: ustedes ven mi Instagram y yo no hablo nada jurídico. Porque una red social es una red social, precisamente para conocer personas. No es lo mismo el derecho a la intimidad, privacidad, al derecho al libre desarrollo de la personalidad. Porque la gente dice que yo he dicho que es mi intimidad, no. Mi intimidad no porque mi página es pública, la puede ver todo el mundo. Yo veré qué subo y qué no subo”, afirma la jueza Polanía.
Esta funcionaria judicial tiene 40 años y 37 tatuajes. Es apasionada de la práctica de ejercicios variados conocida como crossfit, y además levanta casi 159 kg en las pesas. La jueza dice que hay personas que tienden a estigmatizar a otras por la forma como alguien se viste o por su apariencia personal. Y tiene razones para defender su argumento: ella es una abogada especializada en Derecho Constitucional y cursa una maestría en Derechos Humanos.
“Pues respecto a mi ropa y mi forma de vestir, eso es mi libre desarrollo de la personalidad. Y no estoy de acuerdo, porque no todos los funcionarios, personas y jueces son iguales. Y yo no puedo someter a una persona a lo que para mí es ética y para mí es moralmente bueno. Eso es lo que nos hace individuos a nosotros”, le dijo la jueza a CNN.
Pero sus superiores no opinan lo mismo. El Consejo Superior de la Judicatura de Colombia le hizo un fuerte llamado de atención y le inició una investigación disciplinaria por sus fotos y videos publicados en Instagram. A través de dos comunicados, los magistrados le han recordado que hay deberes y prohibiciones para los funcionarios de la rama judicial. Entre ellos, explican, “realizar en el servicio o en la vida social actividades que puedan afectar la confianza del público u observar conducta que pueda comprometer la administración de justicia”.
Lee también: Cómo no iba a salir mal: Viralizan propuesta de matrimonio en dos lanchas que casi termina en grave accidenteEl artículo 14 de la Ley Estatutaria de la Justicia en Colombia es muy claro al decir que los funcionarios de su nivel "deben cuidar de su presentación personal de acuerdo al decoro de su investidura".
La jueza se mantiene en su postura y dice que está dispuesta a acudir a las instancias que sean necesarias para defender su derecho al que afirma, el libre desarrollo de su personalidad.
Sus seguidores le escriben muchos comentarios respaldándola e instándola a que siga adelante con sus publicaciones. Algunos medios locales la llaman "la sexy jueza", mientras que ella se califica a sí misma de “implacable” a la hora de administrar justicia. Pero, aclara, “con las mismas emociones” de cualquier ser humano que ríe y que llora en privado. Y por eso, dice, dará la batalla para demostrar que los funcionarios públicos tienen derecho a utilizar las redes sociales sin prejuicios morales o religiosos.
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Algo con lo que no están de acuerdo algunos abogados expertos en redes sociales, como Abel Díaz de la firma Adalid Corp. “Es de resaltar que, como jueza de control de garantías constitucionales en la República de Colombia, tiene un deber constitucional de proteger, por encima de lo que ella realiza en su vida personal, la dignidad y la honra establecidas en su ejercicio como abogada. Y adicional a eso, debe respetar esa figura que el pueblo, la ciudadanía ve como de respeto, de imparcialidad y de quien ejerce justicia en el país”, argumentó el abogado en una entrevista con CNN.
Lee también: Repartidor de pizzas de 89 años recibió 10 millones de pesos de su "Familia de TikTok"Por el momento, la jueza abrió una nueva cuenta en Instagram y allí continúa con sus polémicas publicaciones. Mientras tanto aguarda a que el Consejo Superior de la Judicatura tome una decisión de fondo sobre su caso, que podría ir desde un nuevo llamado de atención, pasando por una suspensión provisional y, en el caso mas extremo, una destitución, según determinen los magistrados del Consejo Superior de la Judicatura de Colombia.
“Yo desde ya lo advertí: yo no pienso cambiar”, afirma la funcionaria, quien espera acudir ante sus superiores para defender su comportamiento en las redes sociales.
https://www.instagram.com/p/CGPVb4rAgGX/