El féretro del papa Francisco, que fue llevado en el papamóvil por las calles de Roma desde la basílica de San Pedro tras el funeral, llegó a la Santa María la Mayor para su entierro, lugar que el propio pontífice eligió al dejarlo escrito en su testamento. El cortejo fúnebre atravesó el centro de la capital de Italia con miles de personas que se congregaron hasta llegar a la basílica romana.