"Las afirmación de zonas seguras es falsa y engañosa. No hay ningún lugar seguro en Gaza", denunció este domingo el comisionado de la organización de la ONU para los Refugiados Palestinos, Philippe Lazzarini.
Cuando los muertos en Gaza han superado ya los 35.000, el Ejército israelí ha retomado sus ataques en el norte de la Franja en una operación lanzada la noche del sábado contra el campamento de refugiados de Yabalia.
Se trata de una zona ya muy castigada durante los primeros meses de ocupación, mientras al tiempo mantiene su ofensiva en el este de Rafah, al sur del enclave.
"Tras los llamamientos a la población civil para que evacuara temporalmente la zona de Yabalia hacia refugios en el oeste de la ciudad de Gaza, las tropas comenzaron una operación basada en información de inteligencia sobre los intentos de Hamás de volver a reunir su infraestructura", detallaron este domingo en un comunicado de prensa.
El campamento de Yabalia fue uno de los primeros lugares donde entraron las tropas israelíes en octubre, al inicio de la invasión terrestre, y desde entonces cientos de personas han muerto en ataques aéreos y gran parte de su infraestructura ha quedado devastada.
"Hay muchos heridos en el campamento de Yabalia, y el problema es que algunos no pueden ser trasladados al hospital Al Awda porque el poco personal que queda está atendiendo a los pacientes que nos llegaron ayer ", explicó a EFE Mohammed Salha, voluntario de este centro hospitalario, uno de los pocos que sigue brindando atención médica en el norte del enclave.
Salha también recuerda que disponen de muy poco combustible, sin el cual no podrán seguir atendiendo a los pacientes. "Esperemos que los organismos de derechos humanos nos hagan llegar combustible y más medicamentos", agregó.
La nueva ofensiva de las tropas israelíes en el norte de la Franja también ha tenido como objetivo la zona de Zeitoun, donde aseguran que en las 24 últimas horas han logrado "eliminar" a presuntos combatientes de Hamás e infraestructura.
Por otra parte, la situación en la ciudad sureña de Rafah, convertida en el último refugio para los gazatíes, cada vez es más crítica después de que este fin de semana el Ejército impusiera nuevos desplazamientos forzosos para una población que no tiene a dónde ir.
"Una y otra vez, el éxodo continúa. Las autoridades israelíes están obligando a la población de Rafah a huir a cualquier parte; las afirmación de zonas seguras es falsa y engañosa. No hay ningún lugar seguro en Gaza", denunció este domingo en su cuenta de X, el comisionado de la organización de la ONU para los Refugiados Palestinos, Philippe Lazzarini, (UNRWA) en referencia a los lugares a los que el Ejército le pide a los desplazados que vayan, como la zona costera de Al Mawasi, abarrotada de persona y donde no hay ni agua, ni luz.
"Las tropas continuan manteniendo operaciones específicas en el este de Rafah y en su paso fronterizo del lado de Gaza", es la única información que ha brindado el Ejército en las últimas horas sobre su operación en un lugar donde hay más de 1,4 millones de personas viviendo.
Al mismo tiempo, Israel sigue manteniendo cerrado el paso de Rafah, crucial para la entrada de ayuda humanitaria y por donde los enfermos crónicos y los heridos salían para ser tratados, aunque este lunes anunció la apertura de un paso nuevo en el norte de la Franja.