Hace 10 días, el descarrilamiento de un tren de carga en Ohio, Estados Unido, dejó preocupados a sus habitantes. Los 50 vagones transportaban materiales tóxicos, como cloruro de vinilo, por lo que se hizo una quema controlada, dejando un fuerte olor a cloro. Ante eso, muchos son los que se niegan a regresar ante el temor de que el agua, el aire, el suelo y las superficies del pueblo de 5.000 habitantes no estén a salvo de los efectos colaterales.