Tras salir desde el Palacio de Buckingham, Carlos III y Camila llegaron a la Abadía de Buckingham, donde se dio inicio a la solemne ceremonia de coronación. En esta, el rey realizó el solemne juramento ante el Arzobispo de Canterbury, en el que se compromete a respetar las leyes y costumbres de sus reinos. Cabe mencionar que este juramento es de carácter simbólico, ya que al momento de ser proclamado hace meses atrás, Carlos III ya había realizado este acto para convertirse en rey.