Steven MacDonald mordió su índice al punto de dejarlo sangrando. La hinchazón y el pus derivó a que contrajera paroniquia. “Realmente comencé a sentir pánico”, dijo la pareja del afectado.
Un hombre de 48 años de Coatbridge, Escocia, estuvo al borde de morir luego que uno de sus dedos se infectara por comerse reiteradamente las uñas.
Según Daily Mail, Steven MacDonald se mordió un dedo de la mano izquierda y lo dejó sangrando.
Al día siguiente, amaneció con el índice totalmente hinchado y lleno de pus, por lo que decidió ir al Hospital Universitario de Monklands.
Ya en el recinto de salud le dijeron que tenía paroniquia, una infección bacteriana de la piel que está alrededor de la uña y que se extendió por su torrente sanguíneo.
Tras calmarle el dolor con una serie de antibióticos, los médicos le recomendaron a Steven que fuera operado de urgencia, ya que la hinchazón del dedo comenzó a erupcionar.
Lee también: “Me sentí ridícula”: Cesfam inmovilizó el brazo de una paciente con cajas de remedioKaren Peat, pareja de MacDonald, afirmó que “al principio no estábamos tan preocupados, ya que había tenido pequeñas inflamaciones antes de morderse las uñas, pero cuando empeoró, y luego me mostró la erupción, realmente comencé a sentir pánico”.
Tras la dosis de antibióticos, la pareja fue hasta Glasgow para la cirugía de emergencia.
“Nos dijeron que si lo hubiéramos dejado una horas más podría haber muerto. Fue horrible escucharlo, estaba tan asustado. Le dije que nunca más volviera a comerse las uñas, simplemente no vale la pena”, señaló Peat.
Lee también: Tiene 6 años y superó la quimioterapia: Sus compañeros de curso lo recibieron como a un héroeTras una operación de dos horas, los especialistas lograron eliminar la infección y MacDonald tuvo que permanecer en observación durante cuatro días. Además, le indicaron que su uña no volvería a crecer.
“Nunca había tenido un problema como este, pero me dejó seriamente entre la vida y la muerte”, dijo Steven.
Confesó, además, que ha tenido la tentación de volver a morder sus uñas, argumentando que fue su hábito durante casi 50 años.
"Es extraño ahora que no las estoy mordiendo. Ahora bromeo que podría necesitar ir a un salón de manicure”, agregó.