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La tarde del 26 de julio se sentaron juntas. Madre e hija en el living de su casa en Ovalle. A pensar, analizar, meditar y a crear. En su hogar siempre hay música, siempre ha sido así, pero esta vez era distinto y la tarea en manos también. La canción de la artista mexicana Vivir Quintana la habían escuchado en marzo, cuando fue estrenada, pero ahora volvía a ellas con un significado especial.
“Fue por Antonia. Luego de que ocurrió el tema de la formalización de Pradenas, ahí nos sentamos a escribir eso, fue principalmente por ella. Y ahí nombramos en el coro las distintas chicas que han sufrido y han sido asesinadas, y dentro de ellas estaba Ámbar, igual la pequeña Sophia y otras tantas. Pero fue principalmente por Antonia”, recuerda Camila Álvarez.
Camila y su hija Emilia, de 9 años, son las autoras de una versión chilena de Canción sin miedo de esta cantautora mexicana, una potente canción con una letra que es imposible pasar por alto.
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Con los ajustes que hicieron esa tarde de julio, Camila y Emilia dejaron este registro que, con el pasar de los días se viralizó en redes sociales, no sólo por la voz de la niña, también por una triste y amarga coincidencia.
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Por “las invisibles niñas del Sename, Antonia, Sophia, Florencia, Fernanda, Ámbar y Gabriela, Nabila que sigue en la lucha” son parte de las que se mencionan en la letra de la canción que subieron el 27 de julio y que hoy tiene miles de reproducciones.
Una triste coincidencia y un mensaje inesperado
“Es una triste coincidencia, porque nosotros nos inspiramos en Ámbar, la pequeña, la de un año y 7 meses, la que murió en el año 2018. A ella nos referíamos nosotros. Claro, dos días después que yo publiqué el video surge esta desaparición de Ámbar Cornejo y fue una súper triste coincidencia”, aclara Camila.
Triste coincidencia que relata esta madre, que trabaja en un programa de infancia como colaboradora del Sename, que cuenta que tras enterarse de la situación de Ámbar Cornejo la pena fue mucho mayor. “Creo que a Ámbar todos le fallamos, le falló el sistema, ella fue una niña vulnerada desde pequeña, estuvo judicializada también. Fue culpa de todos, todos le fallamos”, asegura.
Ha sido tal el alcance de su versión de Canción sin miedo que incluso nos cuenta que hace poco la madre de Antonia Barra la contactó por Facebook para agradecerle personalmente el haber nombrado a su hija en la canción.
“Fue un momento muy emotivo. Me dio como escalofríos, ni siquiera sabía qué responder, fue muy impactante. Nos mandó un mensaje felicitándonos por la canción, nos dijo que ella estaba muy agradecida de que nosotros hayamos nombrado a Antonia. Ella me dijo que cada gesto de fuerza a ella le servía, todo el cariño a ellos le ha servido mucho para sobrellevar toda esta situación”, relata Camila desde Ovalle.
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Una familia de músicos
“Hay sangre de cantores y, además, que siempre está inmersa en un ambiente donde nosotros con la mamá, con los abuelos, siempre estamos cantando, hacemos folclore, yo canto sólo también como mariachi, yo siempre estoy trayendo instrumentos a la casa. De a poquito le fui generando el gusto por el piano y de ahí al nivel que puede uno le he ido asesorando”, nos cuenta el papá de Emilia, Juan Carlos, quien también es profesor de música.
“Hemos crecido en el seno de la música, pero no profesional, es como de hobby. La Emi también de chiquitita ha estado ligada a la música”, puntualiza Camila.
Si hacemos historia, nos cuentan que Emilia Carvajal desde prekinder está cantando como solista, que en el colegio también la han incentivado, que ha participado en coros y toca instrumentos.
“Este año me pidió cambiarla a una escuela especial de artes, pero con todo esto de la contingencia alcanzó a ir dos semanas. Pero siempre ha estado acá en la casa buscando aprender, toca el piano, ahora aprendió a tocar el ukelele, está de a poco adentrándose en la música y sí tenemos ganas de que siga estudiando, porque yo creo que tiene potencial. A medida que vaya pasando esto, queremos ver qué ocurre”, afirma su madre.
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¿Qué dice Emilia?
Sus opciones las tiene hasta ahora más o menos claras: “Me gusta mucho. A mi familia le gusta mucho la música, mi abuela canta, mi abuelo canta, mi mamá también canta. Entonces, a mí me gusta cantar también”, nos cuenta Emilia.
Dice que es algo que le gustaría desarrollar para siempre y a la par también practica los instrumentos que más le gustan. “Mi papá me ayuda con el piano y mi mamá me ayuda con el ukelele”, afirma. Aunque reconoce que le gusta más el primero.
En cuanto a la canción que la está haciendo reconocida en el país. Emilia expresa estar muy feliz, pero también muy triste, por el trasfondo del tema. Con orgullo recuerda que este es un trabajo que realizó junto a su mamá. “Yo la ayudé a escribir”, dice al otro lado del teléfono.
Es que no fue una tarea sencilla, y así lo saben en su casa. “Ese día anotamos en su cuaderno a todas las mujeres que yo recordaba y al mismo tiempo le iba mostrando en noticias para que ella igual fuera sabiendo quiénes eran. Finalmente, nos enfocamos en las que nombramos en la canción porque eran las más recientes, porque fueron los casos más mediáticos y eran los que más conmovían también”, recuerda Camila.
Porque reconoce, además, que definir el listado final de las mujeres mencionadas no fue fácil. “Eran tantas que ni siquiera caben en una sola canción”, se sincera.
Y agrega Juan Carlos: “Yo las veía a ellas practicando, creando la letra, que les rimara, dándole sentido, nombrando a las niñas fallecidas chilenas. Era una cosa sin mayores expectativas de que esto se transformara en algo viral, lo estaban haciendo tranquilamente acá en el living de la casa con un ukelele, para concientizar un poco, pero a nivel familiar. Después lo grabaron en su celular y pasó lo que pasó”.
En un comienzo la canción tendría dos voces: madre e hija, pero finalmente se optó por solo una. Emilia es la voz principal por su convicción, asegura Camila y porque “ella le puso tanto corazón, que yo sentí que mi participación ahí (…) no quería, yo quería que fuera ella la que lo expresara. Simplemente eso”.
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¿El futuro?
Por ahora Emilia estudia en casa, como todos durante la pandemia. Está en 4° básico, tiene clases virtuales, las que mezcla con la música, también le gusta el arte y matemáticas, pero piensa en las siguientes metas.
Nos adelanta que quiere hacer más canciones, sobre todo una para los niños. En su casa, y en su familia, tiene todo el apoyo. “Ahora ella está más interesada en los instrumentos, está súper motivada con esto y quiere componer, ella tiene una conciencia social muy grande y quiere hacer canciones para los niños”, nos cuenta su mamá, Camila.
“La pequeña está muy motivada y siente también que está haciendo un aporte a esta situación tan delicada y tan triste”, agrega su papá.
Un tema que siempre ha estado presente en casa y que su madre ha puesto sobre la mesa. “Tengo dos hijas pequeñas y en el fondo la lucha es por ellas. Es por ellas y por las que ya no están. Y creo que es súper importante concientizarlas desde pequeñas, porque de ellas depende el futuro y que esta situación cambie. Y ojalá la justicia también despertara, pareciera que la justicia está dormida”, concluye Camila.
¿Y Emilia? Emilia dice: “sigamos luchando”.
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