"Lo lamento por los muertos, lo lamento, todos vamos a morir algún día", comentó el presidente de Brasil en medio de sus críticas contra los cuestionamientos por cómo ha manejado la pandemia.
En un evento sobre el sector turístico, uno de los más golpeados por la pandemia de COVID-19, el mandatario se mostró exaltado con el impacto económico del virus y cuestionó con que "ahora comienzan a amedrentar al pueblo" con una eventual segunda ola.
La pandemia en Brasil, uno de los países más afectados del mundo, ha dejado hasta ahora unos 163 mil muertos y 5,6 millones de contagiados y ningún especialista considera hasta el momento que se pueda dar por finalizada la llamada primera ola.
Sin embargo, Bolsonaro insistió en que "la pandemia fue superdimensionada", ironizó con que la prensa volverá a condenarlo por eso y aseguró que "todo" lo que criticó en relación a las cuarentenas ha quedado "comprobado".
Lee también: El dramático caso de una mujer que ha sido diagnosticada tres veces con COVID-19 en cinco meses"Les dijeron quédense en casa que la economía se recupera después y los hundieron a todos", al tiempo que "esposaban y detenían a unas mujeres por ir a una playa" como "sólo ocurre en las dictaduras", dijo en alusión a las medidas de prevención adoptadas por alcaldes y gobernadores en los tiempos más duros de la pandemia.
Sin embargo, lo más polémica, que causó revuelo internacional fue lo siguiente: "Lo lamento por los muertos, lo lamento, todos vamos a morir algún día, todo el mundo va a morir. Usted va a morir algún día. De nada sirve huir de esto, de la realidad. Tenemos que dejar de ser un país de maricas".
"No tengo paz para absolutamente nada, no puedo salir a la calle para comer un pastel o hacer bromas porque la prensa me destroza", declaró, junto con agregar que ve "personas que articulan" desde ya para las elecciones presidenciales de 2022 y lo hacen "mintiendo, provocando, calumniando y persiguiendo familias".
Este lunes se celebró el anuncio de la creación de un recinto para la primera vacuna COVID-19 en América Latina. Sería un espacio destinado para la Coronavac de la farmacéutica Sinovac, que era probaba en Brasil. El 20 de noviembre debía llegar el primer grupo.
Sin embargo, unas horas después, la Agencia de Vigilancia Sanitaria de Brasil decidió interrumpir el ensayo clínico tras un incidente grave: si bien no se dieron detalles, esto incluía una muerte, efectos secundarios, una discapacidad y otros acontecimientos.