Puede que sea un término con el que no esté familiarizado pero, según expertos, es un fenómeno que va al alza. En palabras simples, el desistimiento de una propiedad se define como la renuncia a una promesa de compraventa que ha sido formalizada ante notario y firmado por las dos partes: el cliente y el vendedor. Y, tan solo en el mes de julio, hubo más de 300 viviendas en la Región Metropolitana que fueron desestimadas. La razones son varias, siendo las más importantes el incremento de las tasas de interés, el aumento del precio de la UF, el desempleo y, por supuesto, la inflación. Entérese de los detalles en el informe de la periodista Karla Fernández.