Luego de un largo y acabado trabajo, el OS9 de Carabineros logró detectar el modus operandi de las bandas dedicadas a robar estos aparatos, cuya sustracción amenaza con desconectar a las regiones más apartadas del país.
El internet y la telefonía celular se han vuelto indispensables para las personas, sobre todo para quienes viven en sectores aislados del país. Sin embargo, estas necesidades parecen no importar a bandas dedicadas al robo de antenas de repetición de señal telefónica, que son las baterías que aseguran la conectividad en sectores rurales y urbanos.
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Por ello, el OS9 de Carabineros en la región del Biobío ha invertido en la creación de un equipo especializado que trabaje en la detección y desarticulación de bandas criminales.
De este modo, la policía uniformada logró identificar el modus operandi de ciertas personas vinculadas al robo de esta tecnología y cuánta experiencia han logrado adquirir en este tiempo.
Así fue posible la detención en flagrancia de cuatro personas adultas, que integraban una banda que operaban en zonas urbanas y rurales, con planes acabados y de forma sigilosa.
Todos fueron formalizados por el delito de receptación.
Según explicaron desde Carabineros, las baterías tienen un tamaño similar a la torre de un computador de escritorio. Pesan en unos 25 kilos y entregan autonomía de varias horas en un inmueble, reemplazando así la función de un grupo electrógeno.
Todo lo anterior hace que estos equipos sean altamente cotizados en los mercados informales.
La sustracción de estas antenas trae como consecuencia la desconexión del servicio de un centenar de habitantes, afectando a la calidad de vida de la comunidad.