A dos semanas del hallazgo del cuerpo del joven de 26 años en una quebrada en Valdivia, han aparecido nuevos antecedentes que permiten comprender cómo transcurrieron los macabros y escabrosos hechos.
Catorce días han transcurrido desde el hallazgo del cuerpo de Ariel Millar, un joven de 26 años y licenciado en Kinesiología de la Universidad San Sebastián que permanecía desaparecido en la comuna de Valdivia, Región de Los Ríos.
Tras un rápido actuar de las policías, hubo dos detenidos: el primer imputado fue sindicado como autor del homicidio calificado y quedó con la medida cautelar de prisión preventiva, mientras que un segundo implicado, acusado de encubridor, quedó con arresto domiciliario total.
En aquella audiencia de formalización, Fiscalía señaló que con los antecedentes recabados estiman que “la motivación para cometer este delito de homicidio fue en atención a la orientación sexual de la víctima”.
En el marco de la investigación del Ministerio Público para esclarecer el macabro crimen, Radio BioBio reveló este lunes nuevos antecedentes sobre la cronología que derivó en los hechos.
Uno de ellos es que, tras la denuncia por denuncia desgracia interpuesta en la PDI de Valdivia, el padre fue a entrevistar a una compañera de trabajo, quien le contó que después del turno, Ariel se iba a juntar con un hombre que conoció por la aplicación de citas Grindr.
A partir del testimonio no solo llegaron a la cabaña donde vivía Rubén, el sujeto con el que se iba a encontrar, sino que también encontraron el cuerpo de la víctima semienterrado, con ocho heridas cortopunzantes y un golpe en la cabeza. Además, en menos de 24 horas, el homicida había confesado el crimen.
Tras un casual primer encuentro en el péndulo de la costanera de Valdivia en compañía de otros amigos, la tercera vez que se vieron ocurrió el 15 de marzo en el mismo lugar.
Ariel terminó de trabajar y llegó casi a las 23:00 horas. De acuerdo con el citado medio, se pusieron a beber una Cristal de litro mientras conversaban. Luego, según la versión de Rubén Terán, mientras estaban en el comedor, el kinesiólogo se le acercó y se besaron por primera vez.
En consecuencia, Terán lo empujó enojado y le dijo que no, asegurando que había ido a perder el tiempo. "Gracias a ti me di cuenta de que no soy maricón como voh", expresó.
Según el imputado, en la mesa había dos cuchillos y, luego que Ariel tomara uno, sintió que "tenía que defenderse" y cogió el otro. Después de apuñalarlo hasta en ocho oportunidades, lo llevó hasta una habitación.
Terán señaló que "notaba que estaba sufriendo" y, por lo mismo, fue al comedor, levantó una pesa de 12 kilos y le pegó al joven en la cabeza, quien se encontraba agonizando.
“Hermano. Conchetumadre. Hueón. Estaba haciendo un trance en mi casa, charlando una hueá, me mandaron a un hueón, así como a dar cara, cachai, y la cagá… Hueón. Terminó mal", fue lo que dijo el homicida a sus amigos a través de un audio, luego de cometer el crimen.