No fumar cerca de un recién nacido, promover la leche materna y mantener las vacunas al día son algunas de las recomendaciones de los expertos para disminuir los efectos de virus respiratorios que afectan de manera más agresiva a niños prematuros.
El posible colapso de los hospitales es uno de los mayores temores de las autoridades chilenas en medio del brote por coronavirus. Y aunque hasta ahora el sistema de salud ha logrado contener los casos, las bajas temperaturas traen consigo el aumento de otras enfermedades respiratorias como la influenza, adenovirus o el virus respiratorio sincicial, lo que podría complicar aún más la red hospitalaria.
En 2016, un informe del Ministerio de Salud indicó que hubo casi 100 mil atenciones por causa respiratoria en el sistema público. De ellas, el 50% de las enfermedades respiratorias recibidas en Sala de Infecciones Respiratorias Agudas se concentró en los menores de 9 años, afectando especialmente en los menores de 4 años.
Lee también: Los "no contagiantes" y el resto: ¿Valdrá la pena invertir recursos en mi eventual recuperación del COVID-19?Alrededor del 10% de estas consultas requieren hospitalización y, si se trata de prematuros, esta cifra puede duplicarse e incluso cuadruplicarse.
Los especialistas están en alerta porque el peak de los virus respiratorios aún no se registra y un aumento significativo de casos podría provocar un posible “cuello de botella" en los hospitales.
Al igual que el coronavirus, el principal mecanismo de transmisión de las enfermedades respiratorias es a través de gotitas expelidas al ambiente al toser, estornudar o hablar, las cuales ingresan al organismo a través de la nariz, ojos o boca.
Para Ivonne D'Apremont, pediatra y neonatóloga, presidenta del Comité de Seguimiento del Recién Nacido de Alto Riesgo, de la Sociedad Chilena de Pediatría, hay que mantener la distancia social.
“Solamente al hablar podemos contagiar. Por ejemplo, si observamos una mesa de vidrio donde hemos estado hablando, o la superficie del celular o el computador, se ven las huellas de la pulverización de saliva”, señala la doctora D'Apremont.
Lee también: Piñera y campaña contra la influenza: “Queremos vacunar a 8 millones de personas y será gratis”Los expertos coinciden en que el grupo de mayor riesgo son los adultos mayores, los lactantes menores de 1 año (10% ingreso a UCI, según cifras reportadas en del brote en China, especialmente de la Provincia de Hubei) y niños con enfermedades de base y pacientes con cardiopatías congénitas. Dentro del grupo de lactantes, es de especial preocupación los niños prematuros menores de 32 semanas.
Para Katherine Arteaga, presidenta de la Asociación de Padres Prematuros de Chile, la cirulación de enfermedades respiratorias es un motivo de preocupación cuando se acerca el invierno, aunque reconoce que los menores en estas condiciones reciben la ayuda necesaria con la Ley Ricarte Soto a través del uso de un anticuerpo monoclonal que los ayuda a combatir el virus respiratorio sincicial.
“Tenemos un beneficio que entra en la Ley Ricarte Soto y que es una inmunización de 5 dosis que se aplica en el periodo de mayor riesgo y que incluye a todos los prematuros menores de 32 semanas y menos de 1500 gramos”, señala Arteaga.
Las infecciones respiratorias afectan la vía aérea, es decir, pueden provocar una inflamación en cualquier sitio de esta. Se habla de infección respiratoria alta cuando afectan estructuras como la nariz, los oídos, las cavidades paranasales, la faringe y/o la laringe. Ellas afectan sitios como el pulmón y suelen generar cuadros más graves conocidos como neumonía.
Para la pediatra y neonatóloga Amparo Sánchez Zemelman, coordinadora de Neonatología de la Clínica Universitaria de Concepción, hay síntomas comunes entre las enfermedades respiratorias y que se podrían confundir con el COVID-19. “Si su bebé tiene fiebre, está muy frío, decaído, presenta tos, dificultad para respirar o tiene rechazo alimentario, es porque algo le pasa y debe consultar un médico”, sostiene.
La profesional señala que hay que fijarse especialmente en la respiración, porque si los padres detectan que lo hace muy rápido, es una señal de que hay que acudir de inmediato a un servicio de urgencia. Debido la contingencia, dice que el médico debe evaluar y, si amerita, descartar COVID-19 junto con buscar los otros virus respiratorios, señala la doctora Sánchez Zemelman.
Lee también: El coronavirus acecha el invierno: ¿Cómo enfrentar las enfermedades respiratorias?Entre el mes de mayo y junio está pronosticado el peak de enfermedades respiratorias. Para mejorar el sistema inmunológico, los especialistas recomiendan promover la lactancia materna en recién nacidos y garantizar el cumplimiento del calendario de vacunación para disminuir los riesgos.
“Hay gente que, por miedo al coronavirus, no se ha puesto la vacuna de la influenza. Eso es un error, porque los niños sí se pueden enfermar de influenza y el año pasado murieron 500 personas”, asegura la doctora D'Apremont.
Según datos del Ministerio de Salud hasta el 22 de abril, 40.784 personas se han vacunado contra la influenza. De ellos, 11.245 corresponden a niños entre 6 meses a 5 años de edad. Es decir, el avance de cobertura en este grupo de riesgo corresponde al 58,3% hasta ahora.
La doctora Amparo Sánchez Zemelman resalta la importancia del aislamiento social como medida de precaución.
“En todas las unidades de neonatología se están tomando medidas para prevenir los contagios. Por ejemplo, en algunos casos se están dando altas médicas precoces y los recién nacidos se envían a sus casas, y solo pueden salir al control médico y a ponerse las vacunas”. La profesional agrega que además hay que evitar el humo del cigarrillo para proteger a los grupos de riesgo.
Los especialistas comentan que en los controles médicos se está dando preferencia a los recién nacidos. “Muchos pediatras están realizando los controles sanos exclusivamente a menores de 6 meses y los otros se están postergando para evitar que vayan a un centro de salud y se contagien”, señala la doctora Sánchez.
La recomendación de los expertos es recurrir a la telemedicina o medicina a distancia para aquellas consultas que no son de urgencia. Esta opción permitirá no saturar los hospitales y evitar poner en riesgo a pacientes con enfermedades crónicas.