Si bien trabajar a distancia permite organizar los horarios, hay muchos que no tienen un espacio cómodo para efectuar las funciones o se ven interrumpidos por labores domésticas, lo que termina mermando la productividad. Erik Leiva, destacado empresario inmobiliario, analiza las ventajas y dificultades de este nuevo sistema de trabajo que ha ganado notoriedad a propósito del coronavirus.
Algunos pueden pensar que trabajar desde la casa es como el "sueño del pibe": generar dinero sentado en tu propia silla, con la ropa que prefieras y tomándote un café, son ideas que seducen a cualquiera.
Esta metodología de trabajo ha cobrado relevancia en estos últimos días con propagación del coronavirus en Chile y el mundo, motivando a muchas empresas -incluso, las que nunca lo habían hecho- a permitir que sus empleados trabajen desde la casa, como una forma de aplanar la curva de contagios.
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Ha sido una medida celebrada desde varios sectores, sin embargo, como todo en la vida, el teletrabajo también tiene una cara no tan amable. Erik Leiva, connotado empresario inmobiliario, sabe de ello, por eso elaboró una lista de las que, a su juicio, son las mayores ventajas y desventajas de este sistema.
El ejecutivo explicó que el teletrabajo o home office, como se le denomina en Estados Unidos, implica organizar el trabajo de manera flexible, efectuando una actividad a distancia y en un horario que al trabajador le acomoda.
“Esa flexibilidad para decidir en qué horarios trabajarás y en cuáles harás vida familiar o descansarás. Es sin duda la mayor ventaja que tiene el home office. Eres tú mismo quien administras tus tiempos y eso se valora mucho, particularmente en momentos en que debemos hacer confinamiento en casa y distanciamiento social debido a la pandemia”, comenta Erik Leiva.
Su planteamiento se condice con los resultados de un estudio realizado por el portal de empleos Laborum.com.
De acuerdo a este análisis, el 40 % de los chilenos en la actualidad considera que la flexibilidad laboral es uno de los aspectos esenciales para sentirse feliz en el trabajo. Es una cifra importante, que sin duda puede cambiar una vez que se supere la actual emergencia sanitaria y muchos empleadores se hayan familiarizado con el trabajo a distancia.
Erik Leiva señala que otra ventaja del teletrabajo es que se eliminan los tiempos de traslado de los trabajadores, desde sus hogares hasta la oficina o empresa, lo que les significa ahorrar el dinero que antes destinaban a movilización.
En este sentido, el teletrabajo evita que el empleado utilice diariamente el transporte público, lo cual podría ocasionar que terminara contagiado debido a las aglomeraciones en el metro y en los paraderos.
Por último, como aspecto positivo, este sistema de trabajo demuestra un alto nivel de confianza de la empresa en el trabajador, ya que éste deberá demostrar su responsabilidad en la administración y gestión del tiempo, para la entrega de los productos solicitados por la empresa.
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A pesar de lo anterior, en la cara menos amable del teletrabajo se cuentan la ausencia de fiscalización de las condiciones laborales en las que las personas desarrollan sus labores, así como la inexistencia de seguridad y beneficios laborales asociados a los contratos de trabajo tradicionales.
En este sentido, el ejecutivo comenta que los desafíos para el país son no temer a la modernización de la legislación laboral. El llamado es a entender que modernizar no es sinónimo de precarizar, sino de humanizar esta área tan importante de la vida de los chilenos. Y la emergencia provocada por el coronavirus es una buena oportunidad para reflexionar en torno a este tema.
Sea como sea, para Chile -independiente del sistema de trabajo más popular- la productividad sigue siendo un gran escollo a salvar. De hecho, mientras en países desarrollados la productividad por persona es de 120 dólares por hora, en Chile esa cifra sólo alcanza a los 50 dólares.
Erik Leiva considera que, por ese mismo motivo, las empresas interesadas en aplicar el home office deben preocuparse por asegurar a sus trabajadores las condiciones adecuadas para el trabajo asignado.
En este ítem incluye, espacios cómodos y beneficios laborales que aseguren la tranquilidad, concentración y productividad de sus trabajadores. Tampoco hay que descuidar la salud, pues en muchos casos el trabajo a distancia está asociado con un aumento del sedentarismo por parte del empleado.
Para evitar aquello, se recomienda realizar pequeños ejercicios de estiramiento y alguna rutina que incluya saltos, sentadillas y flexiones, lo cual aliviará la rigidez o dolor en el cuerpo y mejorará la concentración, lo que en definitiva terminará siendo un beneficio para la actividad productiva.
“Un empleado sano y feliz siempre producirá más y mejor. Esa es una verdad imposible de refutar”, concluyó Erik Leiva.