A bordo de estas naves podremos llevar grandes equipajes a la luna o incluso, se podrían transformar en las que logren pisar antes que otras la superficie marciana. Una de estas, se llama New Shepard, de la empresa Blue Origin. Su prueba fue llegar a la atmósfera para luego en caída libre, realizar su gran truco: aterrizar por sí misma. “La tecnología de esta nave ofrece un sensor con un GPS equivalente al terrestre, los cuales determinan la ubicación y la velocidad de una nave, permitiendo así aterrizajes de precisión, seguros y autónomos”, aseguró Leidy Peña, astrónoma de la Universidad de Concepción. Por otra parte, se encuentra el modelo creado por Jeff Bezos, quien está compitiendo codo a codo con Elon Musk, en lo que muchos han definido como “la nueva carrera espacial” del siglo XIX.