Bill Gates, el fundador de Microsoft, dio a conocer un inodoro que no necesita estar conectado a un sistema de saneamiento, no requiere agua y además transforma las deposiciones humanas en fertilizantes. Este artefacto funciona a través de la nanofiltración con nanomembranas, es decir, son retenidos todos los sólidos que tienen tamaño pequeño, se les aplica un tratamiento anaeróbico con bacterias y luego continúa una etapa relacionada con la quema del sólido que se genera. Esto produce una reducción importante del volumen y así esta pequeña cantidad de materia orgánica se usará como abono, sin necesidad de un sistema de alcantarillado. Este prototipo ya se implementó en Sudáfrica, en un continente donde la mitad de la población no tiene acceso a agua potable y el invento podría ayudar a combatir la crisis mundial de salubridad.