Tras más de dos décadas de investigación, un equipo de científicos de la Universidad de Chile logró purificar las toxinas paralizantes que producen la marea roja. Esto con el propósito de realizar tratamientos cicatrizantes, relajantes y neutralizar las altas cargar eléctricas que provoca la epilepsia. "Es el anestésico natural más potente que existe", explican. Actualmente en Chile 200 mil personas padecen esta patología, a nivel global son 50 millones y hasta hoy no existe una cura, de ahí la importancia de este tratamiento que es pionero a nivel mundial.