Todo indica que hasta el 2050 el 68% de la población mundial vivirá en ciudades, por eso es importante reflexionar en cómo las ciudades futuristas deberían ser más amigables con la naturaleza y las personas. El arquitecto chileno Camilo Moraes, ganador del último Festival de Arquitectura Mundial, sostiene que la casa inteligente no es la casa que se maneja con smartphones, sino que es aquella que puede reutilizar el agua y aprovechar los recursos existentes del lugar. El premio mundial que consiguió fue gracias a la construcción de una estación de turismo itinerante sustentable, ubicada en la zona costera del Desierto de Atacama utilizando madera, brea y totora y abastecida de energía solar, una forma de construcción que además permite retirar la obra y no intervenir el terreno. Además asegura que esta podría ser una solución para los asentamientos de los próximos años.