Leonardo Cid (10) se desenvuelve desde los cuatro años en inglés, pese a que sus padres no manejan este idioma y jamás se lo enseñaron. Debido a esto, el menor de la familia hoy día enfrenta una dramática situación al no encontrar un establecimiento en que se pueda sentir cómodo. En paralelo, un grupo de especialistas lo está evaluando para ver si se trata de un caso de alta capacidad cognitiva. "Mi pequeño necesita un colegio, nada más, eso es lo único que pedimos", dice su madre a CHV Noticias.
"Siempre pensamos que era un niño sordomudo. No decía nada, ninguna sílaba. Entonces nos empezamos a preocupar, lo empecé a llevar a la escuela de lenguaje y le hicimos exámenes para saber si era sordomudo, pero no había nada en los oídos", comenta Susana Quinteros, madre del pequeño, a CHV Noticias.
Preocupados sobre qué le pasaba a su hijo, acudieron a un equipo multidisciplinario de medicina en el Hospital San Juan de Dios y en la primera sesión ocurrió un hecho que marcó sus vidas para siempre.
"Le mostraron un montón de juguetes y le preguntan el color de unos cubitos de madera, y él responde que 'green' y 'yellow'. Te juro que yo lloraba en la consulta, jamás había escuchado su voz. Desde ahí nunca veía algo en español. No me preguntes cómo, pero ponía en el celular los monitos en inglés y se reía, con mi marido nos preguntábamos '¿será que entiende?'", cuenta la mamá.
Desde entonces, Leo comenzó a comunicarse en inglés, pese a que sus padres y su familia en general sólo conocían el español y alguna que otra palabra en el idioma anglo. Debido a esto, comenzaron a generarse las primeras dificultades al entrar en su etapa escolar.
"Cuando entró al colegio, tuvimos problemas en las clases de lenguaje, por ejemplo. Le enseñaban las sílabas con las palmas y, por ejemplo, le pedían decir 'a-zul' pero mi hijo decía en inglés 'blue'. Entonces, me mandaban a llamar para que no le enseñara inglés y yo les decía que nunca le enseñé", comenta Quinteros.
"Yo no sé a qué se debe, no me lo puedo explicar. De hecho, los médicos no me lo explican. Pasó el tiempo y él tuvo que aprender a hablar en español", agrega la mujer, quien relata que su hijo se desenvuelve como "un gringo intentando hablar español".
Todo marchaba medianamente bien durante el periodo escolar de Leo, sin embargo, este año se presentó una barrera al retornar con las clases presenciales en su colegio. Reinaldo Cid, padre del pequeño, estuvo con una condición grave tras dar positivo a COVID-19.
"Fui a hablar al colegio para explicarle nuestro caso y saber si la presencialidad era obligatoria, para que puedar tener clases telemáticas (...) Me dijeron que 'no, no se puede'", señala la madre del niño.
En medio de esto, surgió la posibilidad de que se tratara de un caso de Alta Capacidad, es decir, que podría tener capacidades intelectuales potenciadas de carácter innato, en este caso, su increíble desenvolvimiento en el idioma inglés.
"Voy al colegio nuevamente, le conté esto y pensé que se iban a alegrar (...) pero el director me dijo 'sabe qué, en este colegio hablamos en español y no en inglés, así que no conozco a estos niñitos y necesito que venga a clases'. Nuevamente intenté explicarle, pero no hubo solución, ni acogida ni ningún gesto de amabilidad. Así que me lo llevé", dice Susana.
Producto de esta situación, Leonardo perdió el año escolar 2022 tras frustrados intentos de ingresarlo a un establecimiento bilingüe, los cuales en su mayoría son particulares y no se rigen por el Sistema de Admision Escolar, lo cual implica un alto costo mensual para la familia.
"Me ha costado un montón. Este año he llorado mucho (...) Veo que hay un potencial en él que no se lo inventé, que no se lo impuse. Es algo que le nace, que le gusta y que lo va a hacer siempre", afirma la mamá.
"Somos una familia de clase media, de esfuerzo. Trabajamos en la feria, tenemos pizza con masa casera y gracias a Dios nos va bien. Entonces no somos de dinero, para nosotros es importante sacarlo adelante porque mañana yo no voy a estar y necesito darle las herramientas para que se desarrolle cuando esté grande", complementa.
"Para mí es un don que hable inglés a la perfección, sin nosotros saber el idioma, ni enseñarle ni haber viajado", cuenta la madre sobre esta especial característica de su hijo, quien actualmente se encuentra bajo evaluación para determinar si se trata de una persona con alta capacidad.
María Paz Gómez, psicóloga y doctora en Educación Especial, es una de las profesionales que está evaluando al niño de 10 años. En conversación con CHV Noticias, explica que "mucho de lo que a él le ocurre podría explicarse por alguna condición del espectro autista. Desde el lado del autismo, a esto se le conoce como intereses restringidos y otros le llaman como 'pasiones', que son una condición bien típica del autismo que tiene que ver con una motivación muy focalizada, que puede ser intensa e incluso media repetitiva, como que el cerebro tiene un hiperfoco en ciertos temas".
"En el caso de Leo, y que lo hace bien particular, es que ocurre en inglés, siendo que viene de una familia que no es bilingüe ni mucho menos. Este hiperfoco del cerebro está puesto en su infancia, seguramente en todo lo que tenga que ver con tablets, programas, televisión o videojuegos", agrega.
Junto a lo anterior, todo indicaría que también se trataría de un niño con alta capacidad. "Lo estamos evaluando por esos rasgos, por esas características cognitivas que también es un fenómeno bien particular. Se trata de un funcionamiento cognitivo superior respecto a los pares, que tiene que ver mucho con -por ejemplo- ser más rápido, entender mejor y más profundo ciertos contenidos, tener menos densidad de repetición, un cerebro mucho más plástico y flexible", describe Gómez.
"Cuando se juntan estas dos condiciones (autismo y alta capacidad) se produce un fenómeno que se llama doble excepcionalidad (...) Esto es cuando se dan las dos cosas al mismo tiempo y se combinan para dar a lugar un fenómeno bien único y particular", explica.
La profesional, quien además es académica de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago, explica que existen test tradicionales como los de coeficiente intelectual (C.I.), pero hay otros métodos que evalúan a las personas desde diferentes puntos de vista.
Al respecto, sostiene que "lo importante es tener varias otras opciones, por ejemplo, nosotros usamos test no verbales, ya que los C.I. hacen muchas preguntas con base en lo escolar (...) En ese sentido, no es justo para todos los niños y tiende favorecer a niños que tienen mejor educación o vienen de una mejor situación socioeconómica. Entonces, por eso es importante hacer todos los test que uno tenga en Chile".
De acuerdo a una cifra estimada, actualmente cerca de 360 mil alumnos y alumnas en etapa escolar presentan una condición de alta capacidad. "El estándar habla de un 10% de la población, entonces significa que en un curso de 30 estudiantes tenemos a 3 con estas características", afirma María Paz Gómez.
"Eso es bastante y no hay legalidad que sustente el tema de la alta capacidad. No hay nada que lo defina, lo instruya o que podamos atenderlo de mejor manera, además causa mucho recelo en la gente", complementa.
En esa misma línea, la académica asegura que "lamentablemente en Chile tenemos una situación complejísima y es que muchos estudiantes de alta capcidad se mueven de establecimiento en establecimiento. No hay dónde se pueda satisfacer estas necesidades".
Tal es el caso de Leonardo, quien perdió el año escolar 2022 tras no encontrar un establecimiento educacional que lo hiciera sentir cómodo. "Casos como estos no son tan fáciles, cuesta un poquito de repente la comprensión", sostiene Gómez.
Susana, madre del pequeño Leo, indica que "es una cosa que no creo que le pase a muchos papás. Hay muchos niños con alta capacidad, efectivamente, en áreas como la ciencia o matemáticas, pero el mío es en inglés. Yo solo pido a Dios que me ponga por delante a la persona idónea para poder lograr algo con Leo".
"Esto no es monetario, pero es dar a conocer algo que me emociona y me angustia. Yo necesito ayudarlo, el día de mañana yo no voy a estar y necesito dejarle las herramientas para que se desenvuelva como persona", sostiene la mujer evidentemente emocionada.
"Siento una desesperación tan grande de amarrarme a La Moneda para que Gabriel Boric o el ministro de Educación me vea (...) El otro día, (el ministro) hacía énfasis en la violencia en los establecimientos, pero hay niños que ni siquiera tienen colegio como el mío y eso a nadie le importa. De verdad que me da rabia, quizás tenga que amenazar con quemarme a lo bonzo para visibilizar a mi pequeño que necesita un colegio, nada más, eso es lo único que pedimos", cierra.