Uno de los afectados relató que pocos días después del primer delito en el Mall Marina Arauco, un grupo de sujetos pinchó la rueda de su vehículo cuando se trasladaban a Santiago.
Conmoción causó el caso de una pareja argentina que sufrió un
violento asalto a pasos del Mall Marina Arauco en
Viña del Mar, uno de los sectores más concurridos en época estival.
El hecho
ocurrió el pasado martes 14 de febrero y fue grabado por varios transeúntes, donde se ve que uno de los afectados,
Ariel Mansilla, es abordado por un grupo de varios que, aparentemente, son menores de edad.
Ahora, el hombre y su esposa aseguraron que
nuevamente sufrieron un intento de robo por parte de desconocidos, por lo que optaron terminar sus vacaciones en Chile de forma anticipada y regresar a su natal Córdoba.
"Se vinieron tres o cuatro alrededor"
En entrevista con
ElDoce.tv,
Mansilla, periodista de profesión, explicó que tras el primer asalto continuaron con su recorrido por la ciudad jardín y que tenían presupuestado visitar Santiago, pero todo cambió.
"Salimos del hotel Sheraton rumbo a Santiago. Hicimos 50 metros y
en un semáforo nos detenemos y vemos que nos rodea gente", comenzó contando.
El reportero señaló que siguieron el viaje "sin sospechar nada, tomamos por una calle ya para salir y mi esposa me dice:
'Siento un ruido'. Miro por el espejo y tenía la cubierta derecha trasera en llanta (pinchada). Se me vino el mundo abajo porque me acordé de lo que me había dicho el gerente del hotel sobre los robos de autos".
En ese instante, el afectado señaló que apareció un individuo que le ofreció ayuda,
aunque no la aceptó por las advertencias que ya le habían hecho de que eso era una especie de "prueba".
"Entonces le digo a mi esposa: 'Hagamos escape',
porque ya estábamos preparados para una cosa así. Doblamos en 'U' mientras los que estaban ahí nos puteaban y nos metimos en una estación de servicio que había. Se vinieron tres o cuatro alrededor de la camioneta nuestra", agregó.
En dicho recinto, la familia recibió la colaboración de varias personas que
llamaron a Carabineros, pero la desconfianza continuó.
"Mientras el tipo seguía ahí hablando por teléfono y nos señalaba. Yo lo miraba a ver si tenía un arma. En dos minutos llegaron los carabineros y los tipos se fueron. Y yo estaba ahí,
cambiando la rueda, y le digo a mi esposa: 'Nos vamos a Córdoba'", concluyó.