La persecutora Karen Padilla, aseguró que la vecina que denunció el suceso se ganó la confianza de los presuntos agresores, con quienes realizaba clases de Taekwondo en la casa donde se mantenía a la víctima privada de su libertad. "Escuchaba que la hija lloraba y gritaba constantemente", relató.
Una horrorosa historia se dio a conocer durante las últimas horas en Perú, país donde una mujer chilena fue rescatada de la casa de su esposo, quien la mantenía encerrada desde fines del 2018.
La víctima identificada como Viera Rivera de 42 años, estuvo en esa condición durante cuatro años e incluso se convirtió en madre durante el tiempo que estuvo privada de su libertad.
"Mi hija no ha interactuado con otros niños. Hasta ahora no sabe hablar debido a nuestro encierro. Yo siempre vivía encerrada en mi habitación, no tenía libre tránsito. Quiero regresar al país, por favor solicito a las autoridades que me ayuden a regresar. No quiero estar en Perú, tengo miedo que vuelvan a secuestrarme con mi hija", señaló la víctima según se lee en el acta de declaración de la Fiscalía.
Desde el Consulado General de Chile en Lima indicaron que están asistiendo a la víctima, quien fue trasladada hasta un hogar a la espera de que su estado de salud se estabilice. "El Consulado está coordinando su traslado a Lima, para luego apoyarla en los trámites necesarios que permitan su retorno a Chile, en compañía de su hija", señalaron en un comunicado.
En ese contexto, es que la fiscal Karen Padilla, en diálogo con Las Últimas Noticias desde Perú, reveló que el rescate fue posible gracias a la alerta de una vecina. "Esta señora de nacionalidad ecuatoriana hizo la denuncia ante el Ministerio Público indicando que Viera y su hija estaban secuestradas por parte de su suegro y de su esposo", precisó.
"Ella se entera de esta situación porque el imputado Julio Armas es boxeador y su hijo Giorgio da clases de Taekwondo, y ella llegó a tomar clases con ambos a su departamento. Allí ella se percató de que encerraban a Viera y a su hija en una habitación, y escuchaba que la menor lloraba y gritaba constantemente. Eso no le pareció normal", detalló Padilla.
Asimismo, con el objetivo de seguir investigando lo que pasaba, la vecina siguió asistiendo a las clases deportivas de forma normal. "Con el tiempo se ganó la confianza de los imputados y pudo acercarse a la víctima, quien le pidió auxilio, contándole que estaba encerrada desde diciembre de 2018", manifestó.
Conforme a los antecedentes entregados por la persecutora al medio anteriormente citado, la mujer vivía en una pequeña habitación donde dormía en una cama de plaza y media junto a su hija. En esa misma línea, contó que estaba aislada virtualmente, ya que no le compartían la contraseña del Wifi del departamento.
Sin embargo, en 2021, la vecina pudo compartirle internet, del cual la mujer encerrada pudo conectarse desde una tablet y contactar a su hermana por Messenger, dijo la fiscal.
"Luego de eso, la hermana a través de la embajada chilena, puso una denuncia indicando que su hermana estaba secuestrada. No obstante, cuando el Centro de Emergencia Mujer visitó a Viera en su domicilio, ella estaba con toda la familia presente, y en la entrevista les dijo a las abogadas que ella estaba bien, y que no necesitaba protección. Entonces se archivó esa denuncia", contó.
"Ella no podía escapar del departamento porque este tenía rejas en las ventanas y también en la puerta que además mantenían cerradas con tres candados. En ocasiones, ella escribía papeles pidiendo auxilio y los lanzaba por la ventana a la calle esperando que algún transeúnte los leyera", añadió Padilla.
Conforme a lo señalado por la fiscal, el suegro de Viera, Julio Armas, mantiene antecedentes penales por lesiones leves y defraudación, siendo sentenciado en ambas causas.
"La familia indica tener un negocio: Una productora que realiza un programa de televisión que se llama Conociendo. Cada integrante cumple un rol. Giorgio es el conductor, Julio, el hermano, es productor de contenidos, su madre Lidia es la editora y el padre colabora en todo", indicó.
Con respecto al caso, actualmente Giorgio y su padre Julio están libres. Sin embargo, están citados a declarar el próximo 24 y 25 de mayo.
"La investigación por el presunto delito de secuestro con agravio se encuentra en una etapa preliminar. Yo, en representación del Ministerio Público, estoy realizando las diligencias para emitir el requerimiento y disposición correspondientes", cerró la persecutora.