Una pequeña caja pasando por la cinta de la aduana fue el primer indicio de una investigación que dejaría al descubierto un verdadero arsenal de guerra a manos de un individuo en la Región de la Araucanía. El paquete fue enviado desde Estados Unidos hacia Chile. En ese sentido, para llegar a quien estaba detrás de la recepción, solo fue necesario ir a entregar la encomienda. Al ingresar al domicilio quedaron al descubierto 14 armas de fuego, municiones y una máquina recargadora. Entre las armas, llamó la atención dos fusiles AR-15, los cuales pueden disparar 30 balas en solo siete segundos, siendo su poder de fuego "extremadamente peligroso". El involucrado fue puesto a disposición de la justicia y formalizado por tráfico internacional de armas.