Aprovechaban los fines de semana largos para entrar a casas sin moradores en el sector oriente de Santiago y desvalijarlas por completo. Para esto, escalaban muros e incluso cortaban sistemas de seguridad. Sin embargo, en el último de sus delitos uno de ellos ante la llegada de Carabineros se escondió en una casa y llamó por teléfono a su pareja para que fuera a rescatarlo.