Haciendo alusión a uno de los chistes más potentes de su rutina, el equipo del comediante se la jugó con un inesperado y divertido reconocimiento mientras terminaba su show.
En la última noche de Viña 2025, el comediante Pedro Ruminot tuvo la misión de cerrar el humor del certamen musical y logró con crecer dejar feliz al monstruo de la Quinta Vergara.
Luego de una extensa rutina, en donde el público no lo quería dejar ir, el hijo ilustre de Maipú se llevó a casa una Gaviota de Plata y una Gaviota de Oro, sin embargo, para los espectadores no fue suficiente: querían Gaviota de Platino para el humorista chileno.
Tras más de una hora de rutina, se empezó a escuchar entre los presentes los característicos gritos pidiendo una Gaviota, sin embargo, Pedro inmediatamente explicó que no quedaban más premios.
"No hay más, de dónde vamos a sacar más, van a tener que ir a firmar el decreto y están como media hora hue... ahí", comentó Ruminot haciendo referencia a la Gaviota de Platino que ganó Myriam Hernández.
Pese a las insistencias del monstruo, el galardón máximo del Festival de Viña necesita una serie de requisitos para ser entregado, además de que toda la Comisión Organizadora debe estar de acuerdo.
Sin embargo, para contentar a los presentes, el director ejecutivo del Festival de Viña del Mar, Daniel Merino, subió al escenario a entregarle una "Corneta de Oro", haciendo alusión a uno de los más destacados chistes de la noche.
No obstante, este obsequió debió ser devuelto detrás del escenario, ya que la trompeta pertenecía al músico Hermes Quintanilla, miembro de la orquesta del festival, y es de alto valor sentimental para el músico.
Según contó el artista, el equipo de Ruminot le pidió el instrumento en medio de la rutina para dejar feliz al monstruo, por lo que accedió sin problemas, siempre y cuando la trompeta estuviera en buenas manos.