La Amazonía se calienta producto del aumento de los gases de efecto invernadero y la quema de la selva. Mientras, la deforestación en ese sector de Brasil aumentó un 80% durante septiembre en comparación con el mismo mes de 2018.
“La atmósfera sobre la selva amazónica se ha secado, aumentando la demanda de agua y dejando a los ecosistemas vulnerables a incendios y sequías. También muestra que este aumento en la sequedad es principalmente el resultado de las actividades humanas”, así de categórica es la conclusión compartida por los científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
Lee también: “Un auto, un árbol”: La campaña que ha donado más de 10 mil árboles nativos para combatir el cambio climático"Observamos que, en las últimas dos décadas, ha habido un aumento significativo en la sequedad de la atmósfera, así como en la demanda atmosférica de agua sobre la selva", afirmó Armineh Barkhordarian, autor principal del estudio. "Al comparar esta tendencia con los datos de modelos que estiman la variabilidad climática durante miles de años, determinamos que el cambio en la aridez atmosférica está muy por encima de lo que se esperaría de la variabilidad climática natural".
Barkhordarian agregó que los niveles elevados de gases de efecto invernadero son responsables de aproximadamente la mitad del aumento de la aridez. El resto es el resultado de la actividad humana en curso, por ejemplo, la quema de bosques para limpiar la tierra para la agricultura y el pastoreo. La combinación de estas actividades está haciendo que el clima del Amazonas se caliente.
El Amazonas es la selva tropical más grande de la Tierra. Las selvas tropicales generan hasta el 80% de su propia lluvia, especialmente, durante la estación seca.
Lee también: La "Isla de los Alerces": El bosque oculto que ayudará a combatir el cambio climáticoLa deforestación en la Amazonía de Brasil aumentó un 80% en setiembre con respecto al mismo mes del año pasado, es decir, sólo en ese lapso se perdieron 802 kilómetros cuadrados bosques.
El Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon), que analiza el mayor bosque tropical del planeta desde hace casi tres décadas, informó que la mayor parte de la deforestación tuvo lugar en terrenos privados (48%). Otro 31% ocurrió en asentamientos, mientras que el 14% afectó a unidades de conservación protegidas y 7% a tierras indígenas.
Los estados brasileños más afectados por la tala de árboles en la Amazonía, que engloba un total de nueve entidades federativas, fueron Pará (53%), Rondonia (13%), Amazonas (11%), Acre (11%) y Mato Grosso (10%).