Una mujer en situación de discapacidad tuvo que bajar arrastrándose por las escaleras del Metro. Fue la única manera que encontró Javiera para poder tomar el tren subterráneo en la estación Gruta de Lourdes la tarde del jueves. No pudo hacerlo en su silla de ruedas porque el ascensor no estaba funcionando. "La solución que nos daban era que bajáramos por la escalera mecánica. Pero yo no puedo hacer eso porque bajando así me caí, y me puedo enganchar del pelo, de las zapatillas y me puede pasar algo peor", señaló la joven, quien sufre de atrofia muscular espinal.